El Camino de los San Salvadores
Durante unas semanas, estimado lectores, éstas del verano permítanme que abandone la docta ciencia de la investigación, aunque en mi caso no llegue más que al plumilleo investigativo, y les ofrezca unas relajantes paginas referidas también a esta tierra asturiana, y vista desde los mágico y lo esotérico, pero desde una visión divertida y locuaz y un tanto alocada, y sin mucho son, pero que me relaja y que durante ese verano les iré martirizando con las diversas entregas.
Por tanto aprovechando que el Camino de Santiago por orden y mando del Principado se ha convertido a su ven en el Gran Recorrido (GR ) E-9 me he lanzado a los juegos sincréticos que les dejo para su lectura.
1º Etapa: BUSTIO-LLANES. LA PUERTA MAGICA DE ASTURIAS
Comenzamos nuestro viaje por el GR–E9, un sendero de largo recorrido que ya su bautizo corresponde a una curiosa coincidencia, seguramente no buscada por sus autores y diseñadores, aunque debamos saber lo que tal signatura significa exotericamente : Gran Recorrido (GR), que se señaliza con bandas blancas y rojas. La letra E corresponde a España, y el nº 9 correspondería a la numeración Internacional.
Por tanto para comenzar nuestro camino es bueno dejar volar la imaginación y adentrarnos en el juego hermético y cabalístico que nos va poniendo delante el propio camino, que además nos pide una mente y un corazón abierto, no para terminar creyendo en ovnis o en fantasmagóricos espíritus andantes, sino para entrenar nuestros sentidos a percibir y relacionar todo con el Todo, o la nada con el Universo, que por algo se empieza.
Eha pues, ésta es la propuesta, un símil juego de la oca lleno de interpretaciones y simbolismos, abierto a múltiples interpretaciones y relaciones, tan objetivas y subjetivas como nuestra razón lo estime oportuno,.
En nuestra mano está descifrarlo, y por supuesto vivirlo y recorrerlo para ver sie es cierto lo que digo.
Pero el inocente GR E-9 guarda celosamente todo un contenido esotérico de juegos malabares de proyección cabalística, la primera en la frente y eso sin echar a caminar, pero debemos prepararnos a loq que se nos viene encima pues la conjunción de letras y números del sendero que iniciamos tiene todo un significado cabalístico y por ende esotérico.
Vayamos por partes: la letra G es todo un pozo de significaciones, pues la G griega tiene forma de escuadra (símbolo esencial en el oficio de los constructores que además dejaron su saber a través del camino como iremos viendo); en otra vertiente la Ghimel hebrea evoca la Gran Tríada, luego veremos que pasa con la tríada, que a su vez es el símbolo del Centro, que bien pudiera corresponder a esta Vereda que comenzamos.
La G es una letra esencial en la masonería pues aparece asociada a la Estrella Flamígera y utilizada por las escuelas pitagóricas y la masonerías operativa y especulativa. El estudioso René Guenón le asimila una clave simbólica en la cual juega un papel importante que se relaciona con los Fideli d´Amore, hermandad templaria a la que perteneció el poeta Dante, y que a su vez estuvo relacionada con la masonería; auqnue más adelante veremos que por aquí también andan todos caballeros, poetas, constructores y hasta masones.
La letra R tiene menos trascendencia hermética, para los hebreos representa la independencia, que tal vez podamos referirla al sentido de como debe recorrerse el camino; por otro lado tal letra es para los musulmanes el vigésimo nombre de dios “Rabb”, y la letra G para estos mismo creyentes representa el vigésimo octavo nombre de dios “Ghafur” que quiere decir el “Gran Perdonador”
Ese mismo que encontramos en cada etapa representado en basílicas y catedrales como El Salvador. Por todo ello, cada vez queda más claro que ir a Santiago de Compostela no es lo importante, sino que lo esencia es realizar el camino, en cuya esencia radica la búsqueda de Rabb y del Ghafur, el encuentro con uno mismo en ese atanor que es el viaje iniciático.
Asimismo la letra E representa el Este, en esta caso al Oriente, que en masonería es la cabeza del templo donde trabajan los masones, lugar donde se coloca el Venerable, el Orador y el Secretario y lugar en el que también se colocan las tres grandes luces que lo conforman el compás, la escuadra y el libro de las Constituciones o el libro sagrado, que bien puede ser la Biblia, o el Corán, y como no las herramientas necesarias para los constructores: el compás y la escuadra.
Si tales cuestiones en sí mismas nos pudieran decir más bien poco o casi nada por escépticos y para aquellos que no creen en cosas raras o extrañas, no se apuren pues ya saben ese apotegma de “ no creo en brujas pero haber haylas”. Llegados a este punto habría que preguntarse: ¿Qué hace un incrédulo de tal calibre, como usted, leyendo unos párrafos de esta calaña? Textos donde se dan la mano lo esotérico y lo exotérico, y todo ello envuelto en el más puro hermetismo,que iremos disfrutando o maldiciendo a bordo de la escoba histórica que me creado para el momento.
Se trata pues de hacer más “diver” el camino; de hacerlo más entretenido y si por casualidad tocamos la flauta y la fibra sensible de las personas y el territorio, pues mejor que mejor, por eso volviendo al redil de nuestras conjeturas, de nuevo probamos con lo que nos pueda decir el número 9, que es el triángulo del ternario, o sea el tres multiplicado por sí mismo, que vendría a representar la imagen de los tres mundos: material, espiritual y mental, estadios en los que nos solemos desenvolver los humanos, aunque unos con mejor fortuna que otros; por tanto estamos hablando del número que viene a representar la Vida, la Generación, y la Regeneración inmanente. O sea aquello que se ha de dar a lo largo del Camino.
Comenta un estudioso como Juan Carlos Daza que en los Misterios de Eleusis: Deméter llora y busca a Coré, durante nueve días, que lo pone en relación con las 9 vueltas que dan los 9 maestros que buscan la tumba del Maestro Hiram, el gran arquitecto del Templo de Salomón.
Historia, mito y leyenda que nos obligaría a rellenar un sin fin de páginas, y a escabrosos terrenos en los cuales el embrollo estaría asegurado, y por ende a la conclusión o finalización de este libro- ruta por falta de espacio. O sea que salto de vértigo y proseguimos.
Aunque no podemos obviar que el 9 es el símbolo del Maestro que viene representado en la Tabla de Theon o Tabla de la Memoria, el cuadrado mágico de orden 3 (3x3) que conjuga los nueve primeros números.
Volviendo a la masonería esas son las luces que iluminan la cámara del Maestro. Número que a su vez representa lo eterno de la inmortalidad humana. ¡Ahí queda eso!
En la tradición hebraica es el número que representa el símbolo de la Verdad , ya que se reproduce así mismo, y para colmo, es un número que por ser la última cifra de la serie representa el fin y el comienzo , el nacimiento y la germinación, al tiempo que la muerte, aunque esa germinación es hacia abajo, material.
Armados de tan sólidos argumentos y tan peregrinas herramientas comenzamos un camino-sendero que como un puzle nos irá arrojando un sin fin de casillas y de saltos, de atrás y hacia adelante, a modo del gran Juego de la Oca. Una peregrinación de carácter iniciático o simplemente lúdico, como ustedes prefieran, pero como en todo, por en medio estará el conocimiento y nuestra predisposición a comprenderlo.
Tal vez no lo sepan ustedes modernos pateadores de estas infraestructuras senderistas, pero al realizar el modernos GR E-9, están ustedes volviendo a realizar la vieja senda peregrina e iniciática de los Salvadores, un primigenio camino que se denominó Camino de San Salvador, de ahí el refrán de: “quien va Santiago sin ir a San Salvador, visita al criado y no al Señor”.
Camino o senda ésta que fue abandonada, pues ya ustedes saben,o imaginan por efectos del marketing, del mal tiempo, del mal andar, y como no de la jungla de intereses políticos, religiosos y monetarios que se dieron en determinada época e instancias y que concluyó con la preeminencia del llamado Camino Francés, o sea un pujante sol, e infraestructuras por doquier, y mucha pujanza, aunque les falte la mar salada.
Nuestro Camino Costero, este moderno E-9, Santiaguista donde los haya, y que antaño alguien bautizó como la Senda de los Salvadores, ya fue fruto del trabajo e investigaciones y con defensa a ultranza ante aquellas rancias autoridades turísticas de finales de los 60, con D. Fraga Iribarne al frente, y cuyas tesis defendía D. Luis Merediz Parreño, pariente de un interesante masón, del que ya hablaremos más adelante.
Don Luis defendía este camino costero sobre otros, como así lo atestiguan sus interesantes notas, estudios, y pese a sus presiones sobre la élite política del momento para que esta Vereda tuviese un fiel reconocimiento mediático no hubo manera. . Hasta llegó a realizar un mapa con el recorrido costero con los topónimos en árabe y demás cuestiones esotéricas por si pitaba la cosa, aunque poco a poco va pitando.
Según las viejas notas autógrafas de D. Luis Merediz, este camino costero tenía el don ser protegido por una llamada “Hermandad de los Cambeadores”, que a su vez dió origen a la “Orden de los Caballeros de la Espada” y sucesivamente a la Orden de San Salvador … ¿Que tiene que ver esa vieja Orden de Cambeadores, de la cual hay tan pocos rastros como referencias, con la fenecida Orden del Temple y sus aficiones cambistas? Hallar la contestación no es fácil, y seguramente que al realizar el camino iremos descubriendo por nosotros mismo todo ese misterio.
Estamos pues, ante una ruta que comienza en la frontera astur-cántabra de Unquera- Bustio, y que busca la sombra del impresionante bosque, que se cobija bajo la falda del Pico Cañón , en el borde litoral oriental y cuyo camino después de mucho andar y cavilar concluye en las remansadas aguas de la ría del Eo.
Arribamos pues, tras estas prolijas vueltas por los intricados misterios hermenéuticos, a las tierras de Bustio. Sí no queremos echar pie al agua para cruzar por la desembocadura de la ría de Tina Mayor en su encuentro con la brava mar cántabra, la maniobra la podemos hacer en barca cruzando a la altura del Pozo del Ángel.
En caso de marearnos, o de no tener cuartos o de que no haya barquero , que todo puede ser, debemos dar un rodeo y entrar andando paralelos a la carretera Nª 634, hasta concluir ante la población de Unquera-Bustio iniciando así el recorrido de la Vereda de los Salvadores por las tierras de Asturias, y sin mojar un ápice nuestra sandalias.
Las guías oficiales del Camino de Santiago, echan el camino desde Bustio hacia Columbres, por la llamada Cuesta del Canto, según se recoge de las Impresiones de viaje (Por Oriente) del viajero asturiano Juan de Llano Ponte (1866).
Es muy posible que en parte fuera así, aunque me temo que había dos caminos: uno camino abierto al consumo general donde lo que primaba era lo exotérico (externo), no exento de hitos religiosos; y luego estaba aquel otro camino de carácter más sincrético y esotérico (interno) que funcionaban a modo de pasillo cósmico, de los cuales solo nos quedan las huellas, y esa atención que nos reclama el recinto, monumento o lugar. Y la prueba la tenemos en que no tiene mucho sentido subir hacia Colombres, estando el monasterio de Tina, o el Pindal o Santo Emeterio por aquellos otros lares más al norte e interesantes que Colombres, que ahora está muy bonita pero que antiguamente pues era lo que era.
Juan G. Atienza en su Guía de la España mágica, nos comenta: “esos lugares constituyen algo así como pasillos cósmicos que propician el acceso al plano de la realidad superior. Ignoro que clase de puertas, ventanas o de hilo conductor conforman, ni sé en qué manera propician el paso o la experiencia a ese plano superior”
Theón de Alexandría, comentarista del cuarto siglo A.d. trabajaba sobre la significación alegórica de los números al igual que Nicómaco de Greasa.
Este Texto es propiedad de Victor Guerra, que se puede tomar sin problema alguno a condición de citar procedencia y autor.