Asturias, patria querida

Es lógico que en una región donde se ponen en pie solemnemente al cantar “Asturias, patria querida” produzca resacas como la de la derecha encabezada por esa tromba con nariz de boxeador que es Francisco Álvarez-Cascos, que al subir al árbol a coger la flor para su morena se cayó y descalabró a Mariano Rajoy, que estaba abajo esperando el regalo.

Con ambos hospitalizados, la flor, el árbol y el poder en esa región de 1,1 millón de habitantes se lo han llevado el PSOE e Izquierda Xunida (IX-IU).

A los que se ha añadido UPyD, que a ver cómo casa su racionalismo centralizador con quienes exigen imponer el bable como lengua oficial, y que a veces coquetea con independentismos: es como si Rosa Díez le hubiera dado el poder a Ezquer Batua en Euskadi.

Véase a Álvarez-Cascos convertido en el principal enemigo del partido del que fue todopoderoso dirigente, y en el que produjo una secesión hace poco más de un año.

Ganó el gobierno autonómico en minoría, pero como le rechazaron los presupuestos, convocó otros comicios en los que se cayó del árbol, estrellándose sobre Rajoy y sus excompañeros.

Apoyados por el minipoderoso UPyD, gobernarán un PSOE derrotado en 2011 entre escándalos y el hundimiento del zapaterismo, y la “ecologista y pacifista” Izquierda Unida-IX, cuya campaña electoral exigía que se incrementara la fabricación de armas de guerra en dos factorías de la región, en Oviedo y Gijón.

Instalaciones que pertenecen a General Dynamics, la cuarta multinacional “del complejo militar-industrial del imperialismo yanqui”, al que Izquierda Unida y Gaspar Llamazares, diputado de IU por Asturias, le exigen “carga de trabajo”, blindados y cañones, obviamente pacifistas.

Concluyamos que los himnos patrióticos están para las incongruencias alcohólicas de derechas, izquierdas y UPyD: Asturiaaas patriaqueeeridaaaaa...

Ooooootrasidrina, guajeeeeeee

--------

SALAS