Segunda edición del SpeedUp Murcia. Fantástica (y muy necesaria) iniciativa promovida por el INFO para ayudar a 40 personas en situación de desempleo a poner en marcha sus iniciativas empresariales. En esta ocasión han contado con la colaboración del Colegio de Psicólogos, Arquitectos, Informáticos y el de Abogados.
Como en la primera edición, me tocó a mí romper el hielo con dos sesiones en las que hablamos de las claves para triunfar emprendiendo, teniendo en cuenta la realidad que nos ha tocado vivir.
Empezamos realizando una dinámica en la que nos hacemos dos “sencillas” preguntas: ¿Quién soy? ¿Cuál es mi reto? Son dos preguntas que nos hacen reflexionar, algo que realizamos con menos frecuencia de la que sería conveniente.
En esta primera pregunta respondemos en muchas ocasiones haciendo mención a la carrera que hemos estudiado o la profesión que hemos desarrollado hasta la fecha. El problema es que, cuando nuestro sector entra en una profunda crisis, no solamente corremos el riesgo de perder nuestro empleo sino también nuestra propia identidad. La pérdida de nuestra propia identidad nos deja en una situación de “parálisis” que nos impide ver con claridad hacia donde queremos encaminar nuestro futuro laboral. Nos quedamos enganchados emocionalmente a esa sensación de desamparo.
En una ocasión, un aparejador con más de 20 años de trayectoria profesional me dijo después de estar mirando la pregunta durante 5 minutos. – “Hace unos años hubiera contestado a esta pregunta sin pensarlo un minuto pero ahora, con la situación que estoy viviendo, no soy capaz de escribir nada”-
En cuanto a la segunda pregunta es curioso comprobar que, en general, damos respuestas vagas sobre nuestros propios retos. Muy poco definidas. No estamos acostumbrados a definir objetivos que queremos alcanzar. El no querer ponernos objetivos o definirlos de manera excesivamente genérica (quiero adelgazar, aprender inglés, hacer deporte, etc.) nos impide poner “foco” y nos lleva a desperdiciar mucha energía y tiempo en actividades que no nos aportan ningún valor.
Es más, en ocasiones NO queremos definir nuestros objetivos porque nos da miedo comprometernos y luego fallar. El miedo al fracaso nos deja paralizados. ¿Cuál es el motivo?
Como comenté en otro post, en el 2007 se publicó en España bajo el título de “LA ACTITUD DEL ÉXITO” un magnífico libro de Carol S. Dweck, investigadora y profesora de psicología de la Universidad de Stanford. Dentro de sus investigaciones descubrió que existen dos mentalidades básicas: la mentalidad fija y la de crecimiento. Y que sólo la segunda conduce a un éxito verdadero en todos los órdenes de la vida.
La mentalidad de crecimiento cambia aquello por lo que una persona lucha y lo que considera un éxito. Cambia el significado, la definición y el impacto del fracaso. Y cambia el significado más profundo del esfuerzo.
En el mundo de la mentalidad fija, el de los rasgos de carácter fijos, el éxito consiste en demostrar que somos inteligentes o tenemos talento. Consiste en validarlos. En el mundo de la mentalidad de crecimiento, el de las cualidades cambiantes, se trata de esforzarnos en aprender cosas nuevas. Consiste en desarrollarnos. Las personas con mentalidad de crecimiento se sienten cómodas cuando se superan. Pero, ¿Cuándo se sienten cómodas las personas con mentalidad fija? Cuando todo está seguro y dentro de su alcance.
La realidad es que, en general, en España hay muchas más personas con mentalidad fija que de crecimiento (aunque no lo reconozcamos). Pero hay una buena noticia, no es algo definitivo. Las mentalidades no son más que creencias. Son creencias poderosas, pero solamente son algo que existe dentro de la mente de cada uno, y la mentalidad puede cambiarse. Es más, el simple hecho de conocer que existen dos tipos de mentalidades parece impulsar a las personas a afrontar los retos de otra manera.
Al final, tal y como les comenté a los participantes, creo que el éxito a la hora de emprender está vinculado con dos aspectos cruciales. Por un lado, encontrar la motivación necesaria que les permita salir de su “área de confort” y enfrentarse a las dificultades que se encontrarán en el camino. Por otro lado, visualizar aquello que sueñan con alcanzar. Que les permita poner foco para desarrollar un Plan de Acción que les encamine hacia sus objetivos.
La verdad es que he disfrutado mucho con el grupo de la segunda edición. Me he encontrado con personas muy ilusionadas por la oportunidad de hacer realidad sus sueños, pero también con el lógico miedo sobre si van a ser capaces de conseguir lo que se proponen, ¿Estaré capacitado para emprender? ¡Qué identificado me siento con vosotros!
Para terminar os dejo con dos pequeños regalos. Espero que os gusten y mucha suerte con vuestros proyectos.