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Anotaciones en la Bitácora – 3er día
Despertar a las 4:30 am, recibiendo la primera lluvia de la mañana y el murmullo de los primeros grupos preparándose para el ascenso.
Nuestro guía pemón, Naciansemo, llega a nuestras carpas que amanecieron húmedas por la cantidad de lluvia que nos cubrió la noche anterior y la madrugada de este día que comienza, con una jarrita de café para calentar nuestras almas. Nos advierte del riesgo de asaltar la cima con la lluvia, el peso de los morrales y la posibilidad que no encontráramos hoteles para pernoctar en la cima.
De todas formas, dejó a decisión del grupo el subir o quedarnos. Con desayuno en mano, reunidos alrededor de las hornillas a kerosene para camping, decidimos no atacar la cima ese día; quedarnos en el campamento base y subir la mañana del día siguiente sin carga sobre nuestros hombros, para ver por unas pocas horas, los lugares signifciativos del Roraima.
La mañana, la pasamos en “la nevera”, ayudando al paso sobre las piedras a 8 grupos que atacarían la cima ese día. El resto del tiempo, lo empleamos en secar nuestra carpa, mudarnos de lugar de acampada, improvisar un tendedero y tratar de sacar la ropa.
La labor del pemón es bastante loable; no solo se despiertan bien temprano para empezar a preparar el desayuno, chequear los baños, la ruta y darnos la bienvenida cada día con una tacita de té o café caliente… Estos hombres y mujeres, herederos de este gran tesoro natural, tienen mucho que enseñarnos. Así que te invito a sentarte con ellos, un ratico y escuchar de sus vidas, sus costumbres, su historia.
Ascenso a la Cima
Fuente de la imagen: http://bit.ly/1HASNf9
Fuente de la imagen: http://bit.ly/1LhNsxm
La mañana del 4to día del Trekking, el grupo se levantó con los primeros rayos del sol y acompañados de nuestros pemones, iniciamos la última avanzada en la conquista a la cima del Roraima, en búsqueda de los tesoros más bellos de la naturaleza. Mis expectativas, en un nivel del 1 al 10, sobrepasaban la escala por la ansiedad de sentirme en una de las ventanas más bellas del cielo… porque no hay otro calificativo para describirla.
¿El cómo? Paso a paso, sin peso, en un trayecto ida y vuelta, sin pernocta, para respetar el tiempo máximo programado para nuestra estancia en esas tierras.
Y es aquí cuando me gustaría recalcarles e invitarles a no ir al tepuy en temporadas (aunque sé que muchos tienen sus obligaciones y ése es, quizas, el tiempo disponible). El alma del Roraima parece sentirse sobrecargada y la lluvia, es su manifestación del estado de ánimo. Tanto que toda nuestra estancia, hasta el día que abandonamos el campamento base, llovió. Solo cuando nos dispusimos al descenso, es que dejó verse despejado, radiante entre los rayos de luz, sin nubosidad, espléndido.
Vistas del campamento base desde la rampa de acenso
En condiciones de alta humedad es recomendable ir paso a paso, en un grupo cohesionado, buscando agarre entre las piedras.
A continuación, podrán observar de las vistas del mirador que se encuentra a la mitad del ascenso
¿Y quién dice que no estaba en el cielo?
La pared a su plenitud
Después de haber pasado el mirador en la mitad del ascenso se encontrarán con el paso de las lágrimas, el lugar donde toda el agua de la cima, cae naturalmente para regar las tierras de la Gran Sabana que rodea este hermoso tepuy, alimentando el caudal del río Kukenan.
Nuestra llegada a la cima:
¡Increíble! Poco a poco fuimos llegando los distintos grupos de avance, el frío se hacía presente y la euforia de haberlo logrado.
El terreno, casi lunar, y nuestros pies buscando el pasito ligero con la vista bien aguda
… para admirar nuestro alrededor
Cuerpo y mente en equilibrio. La naturaleza y el tepuy nos habían regalado la oportunidad de encontrarnos ante la obra sagrada del altísimo, de ese gran y mágica energía de lo inexplicable.
En la cima podrás encontrar flora y fauna endémica (que solo podrás encontrar viva en la cima). Mi invitación, es a no abusar de ellas, admíralas y dejálas en el hogar que hoy visitas.
La ranita Oreophrynella es de color negro aunque su vientre es de color anaranjado. No le es posible saltar pero se arrastra ágilmente entre las rocas resbalosas del tepuy. Cuando es asustada, permanece quieta en la roca en donde “se hace la muerta” escondiéndose en pequeñas cavidades o pozos. Dos especies han sido descritas en Roraima: O quelchii, en la cima del tepuy y O. macconelli, en la selva basimontana. Otras tres especies han sido descritas en otros tepuyes. La ranita Oreophrynella existe en los tepuyes más grandes y elevados, y están lo suficientemente diferenciadas como para ser consideradas especies distintas (Fuente: http://bit.ly/1MA0Sly).
Entre lluvia y el viento, la temperatura descendía cada vez más y nuestros guías pemones, nos animaron a seguir caminando
Stegolepis Guianensis
Y no sé si creer en fenómenos, seres u objetos paranormales, pero la naturaleza ha esculpuido su propia obra de arte en estos paisajes:
¿Recuerdan que hablamos de los hoteles?
Aquí podrás observarlos y te darás cuenta que nos adentramos cada vez más en nuestro origen rupestre.
Valle de los cristales de cuarzo
¿Aún dudas de que existe un mundo perdido?
El Abismo:
La ventana
Desde la cual se puede apreciar Guyana:
Y en ese momento, la lluvia comenzó a arreciar, la benevolencia del Roraima nos decía “Hasta pronto, vuelvan a tiempo y a salvo a su campamento”. La lluvia calló a cántaros y las temperaturas descendieron; el techo del tepuy se inundó por completo y nuestra estancia llegaba a su fin.
Bajamos uno a uno, detrás del otro, el mayor esfuerzo presionó la rodilla de un compañero del equipo, el vértigo sorprendió a una pareja, y lo resbaloso del terreno cobró varias caídas.
A pesar de ello, nadie se arrepintió, todos decidimos por voluntad propia atacar la cima de un alma (porque cada montaña tiene la suya) y esta nos hizo consiente del equilibrio necesario en la naturaleza, del respeto y la admiración que deben guardarse ante semejante creación.
Si quieres saber más de nuestra aventura, no dudes en leer nuestro próximo artículo.
Links de interés:
Roraima: Consideraciones iniciales
¿Qué llevar en tu mochila al Roraima?
Roraima: De camino al Río Tek
Roraima: El cruce de los ríos
La vida en el Campamento Base del Roraima