Ataques de pánico, la importancia de un tratamiento temprano
Un ataque de pánico es un episodio repentino de miedo intenso que se desarrolla sin ninguna razón aparente y que provoca graves reacciones físicas. Los ataques de pánico pueden ser muy atemorizantes. Cuando se producen, la persona podría pensar que está perdiendo el control, sufriendo un ataque al corazón o incluso muriendo.
Los ataques de pánico fueron desestimados una vez como nervios o estrés, pero hoy en día están reconocidos como una condición médica real. A pesar de que los ataques de pánico pueden afectar significativamente la calidad de vida el tratamiento que existe para estos suele ser eficaz.

Una de las peores cosas acerca de los ataques de pánico es el miedo intenso que la persona que lo sufrió tiene al pensar que tendrá otro. Si se han tenido cuatro o más ataques de pánico y se ha pasado un mes o más en constante temor de otro ataque, se puede tener una condición conocida como trastorno de pánico, un tipo de trastorno de ansiedad crónica.
Con un trastorno de pánico se puede temer un ataque de pánico tanto que se evitan situaciones en las que se puedan producir. Se puede incluso ser incapaz de salir de su casa (agorafobia), porque no hay lugar donde se sienta seguridad.
Si se tiene algún síntoma de ataque de pánico, se debe buscar ayuda médica lo más pronto posible puesto que son difíciles de manejar por cuenta propia y pueden empeorar sin tratamiento.
Este tipo de trastornos son difíciles de afrontar pero no hay que bajar los brazos, ya que es posible superarlos.
