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"Los corazones laten, como si amaran, pero tan sólo es un sonido. Ruido"
Atardecer en Singapur
Durante este último año el mundo del teatro me ha seducido.
Una buena amiga me invitó a formar parte de un grupo de teatro y, aunque en principio iba a observar, acabé teniendo un papel y representando la obra. Ha sido una experiencia fascinante que me ha llevado también a retomar el gusto por las obras de teatro escritas. Tras releer aquellas de la adolescencia, esos clásicos en los que siempre encuentras un personaje al que te gustaría interpretar, decidí aventurarme a buscar cosas más contemporáneas. Y así llegué hasta la obra de Miguel Campion, Atardecer en Singapur o La chica que barre. De ritmo vivo, con diálogos creíbles, y ciertos monólogos que enamorarían a cualquier actor teatral, el autor nos invita a compartir el final de una noche de Carnaval. La puesta en escena es un bar, donde trabaja Ana, la protagonista, por el que vemos desfilar a un elenco de personajes reales o ficticios, nunca estamos seguros, llenando el lugar de colorido, de situaciones cómicas, de otras trágicas, de frases de película y de atardeceres en el Singapur imaginario de la protagonista, esa chica que barre y quiere amar, la que ansía lo que ya no tiene o quizá lo que nunca tuvo. Mientras el atardecer llega a ese Singapur de sus sueños, en el Madrid de la realidad comienza a amanecer. Mi más sincera enhorabuena a Miguel Campion por su obra. Os animo a dejaros seducir por el teatro comprando su obra aquí o aquí.