Otra cosa no…pero yo soy mas de otoño. No me gusta demasiado el calor sofocante de los meses de verano (porque siempre los vivo en la oficina y en la ciudad, que si los viviera en la playa…seguro que me gustaba mas) pero … si hay algo que me gusta son los atardeceres de verano. No solo porque bajan las temperaturas, porque ya salimos del trabajo… si no, porque … se llena todo de una luz increíble y nos impregna el campo y los espacios de una magnifica luz naranja con la que …me pongo tontorrona y romanticona.
Y aunque el sabor a salitre y a mar, es perfecto para un atardecer en la playa, tampoco podemos obviar los olores del campo, del aire en el pueblo y de la brisa fresca entre trigales, viñedos y campo.
Sera por eso de vivir en la ribera, con este encanto natural y rustico, que hoy no podía dejar de pasar esta fabulosa casa al atardecer, entre viñedos, estilo y naturalidad.
Los atardeceres de verano tienen esa mágica luz y color, que nos dan romanticismo y estilo en cualquier espacio y ambiente. Disfruta de la bajada de temperaturas y de una buena sesión de final de día siempre rodeados del frescor del verano a ultima hora.
Esta vivienda renovada nos muestra la conjunción perfecta entre naturalidad rustica y aires vintage e industriales. Entre metales, construcciones y construcciones estructurales finalmente se entreve una vivienda perfecta para una escapada de desconexion y para una vida cotidiana con una perspectiva increíble.