Parece que dicho en francés, la palabra taller cobra otra dimensión, ¿no os parece? Aunque, bien pensado, para nosotras esas cuatro paredes en las que pasamos tantas horas a la semana es mucho más que una zona de trabajo... Han escuchado nuestras conversaciones, no sólo laborales, sino también nuestras inquietudes, nuestras alegrías y nuestras penas, nuestras risas a cada instante (la verdad es que somos algo payasas y no se nos escapa nada a lo que sacarle punta). Hace unos días nos propusisteis que mostráramos nuestro rincón, y aunque ya habíamos dado alguna "pincelada" (nunca mejor dicho) del lugar donde hacíamos nuestras "redecoraciones", hoy hemos ido un poco más allá...
Aquí, en esta "maravilla de mesa", se fraguan nuestras ideas, con más o menos acierto. Continuamente cambiamos el hule que, como supondréis acaba pintado en cuanto lo ponemos, o roto por haber apretado más de la cuenta el cutter con el que sacamos las plantillas para decoupage.
Nuestras herramientas...Y vosotros diréis... ¿para qué porras quieren estas un colador? Pues cuando limpiamos los miles de cristalitos de las lámparas de araña que restauramos nos es muy, pero que muy útil.
La sección de papel y pintura...
La sección de pinturas a la tiza y acrílicos pequeños... (esto parece un supermercado, jeje, ¡por departamentos!)
Nuestra única decoración....
Esta esquinita tan bien aprovechada es la que nos proporciona relax.... Buena música y un te hacen las delicias de un trabajo perfecto para nosotras.
Y sí... no podía faltar... Por ese pequeño lado narcisista que tenemos y porque a vosotr@s, no lo neguéis, también os gusta conocer a las blogueras en su ambiente (¡ese punto de "maruja curiosa" nos une!), aquí estamos con nuestro mandil y nuestro pelo recogido (no nos vemos, no...). ¡Listas para ponernos manos a la obra!
Ahora os toca a los demás enseñar vuestros lugares de trabajo, ¡que a nosotras también nos gusta fisgar en ellos! Jajajaja.