He estado hace unos días conversando con una persona que se ha estado dedicando al tema de la desintoxicación de manera voluntaria en organismos independientes que actúan a nivel nacional. Y una de las cuestiones que más me llamó la atención fue que, en los centros que ingresan a múltiples personas con ataques, bien sean en forma de esquizofrenias, actitudes paranoides o sobredosis, los retienen durante unos días y tras su "recuperación" a un estado más "natural", los devuelven a la calle. Me comentaba esta persona que, en algunas ocasiones, el estado de las personas que ingresan no está para devolverlo a la sociedad transcurridos unos cuantos días, y como no hay centros apropiados para este tipo de personas, los ingresan en centros psiquiátricos o en algún centro de mayores, si de mayores.
Esta es otra de las grandes ventajas de vivir en una sociedad de recursos y prevención como la nuestra. Una sociedad, que gasta 2.569 millones de euros en el área de Acción Social, y que incluyen los programas y medidas para paliar las carencias de colectivos como los drogodependientes. Y a pesar de lo que nos dicen en el actual Sistema Nacional de Salud: El conjunto de servicios que el Sistema Nacional de Salud ofrece a los ciudadanos incluye actividades preventivas, diagnósticas, terapéuticas, rehabilitadoras y de promoción y mantenimiento de la salud. Este es otro síntoma, de que el gasto público en prevención y rehabilitación a los drogodependientes NO está dando su fruto, al menos, NO para este colectivo cada vez más amplio y dispar, y se aleja de una solución en todas sus dimensiones.
Revisando algunas leyes, nos topamos con la cartera de servicios básica en la que se establece la Ley 16/2003, de 28 de mayo, de cohesión y calidad del Sistema Nacional de Salud y en el Real Decreto 1030/2006, de 15 de septiembre, por el que se establece la cartera de servicios comunes del Sistema Nacional de Salud y el procedimiento para su actualización, que nos dice en su artículo 13, apartado 1:
La atención especializada comprende actividades asistenciales, diagnósticas, terapéuticas y de rehabilitación y cuidados, así como aquéllas de promoción de la salud, educación sanitaria y prevención de la enfermedad, cuya naturaleza aconseja que se realicen en este nivel. La atención especializada garantizará la continuidad de la atención integral al paciente, una vez superadas las posibilidades de la atención primaria y hasta que aquel pueda reintegrarse en dicho nivel.
¿Porqué no se cumple la Ley como así se determina?
¿Cuantos drogadictos son rehabilitados, y más aún reintegrados en la sociedad?
¿Cuantos conoces?
Unos son llevados como ganado al matadero, que a pesar de que a estos centros los llamen de reducción de daños, en realidad lo que hacen es aumentarlos. Otros son ingresados en psiquiátricos y atiborrados a drogas para poder controlar una enfermedad que se controla precisamente sin ellas. Y en algunos casos ingresan en centros donde impiden consumir drogas pero no les enseñan a vivir sin ellas.
Esta demagogia, o falta de escrúpulos, NO sólo por parte de la política, sino también por los profesionales implicados, es una falta muy grave de irresponsabilidad, pues sus estudios y moralidad son insuficientes para lograr el esperado resultado. Dejando entrever que un puesto de trabajo, ingresos en sus arcas, subvenciones y demás recursos económicos es razón más que suficiente para dedicarse a lo que NO logran.
Cambiando un poco el tema, y tras las recientes declaraciones del ex-presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, junto con los ex-presidentes de Mexico y Colombia que exigen poner fin a la actual estrategia prohibicionista contra las drogas por los extragos que causa en la población. Tenemos que decir, que esto es una barbaridad. Es cierto que hay que cambiar la estrategia, con la actual, no se consigue nada, de hecho, cada día hay más atendidos por abusos de drogas, en España supera el doble de consumidores de cocaína de la media Europea, cada vez hay más muertes por cocaína, en el año 2009, un 48% más de jóvenes demandaba ayuda para dejar las drogas, y la mitad de los Españoles, beben a diario o todos los fines de semana, NO creemos que despenalizar las drogas sea la mejor de las gestiones.
Es cierto, por otra parte, que alguna ventaja podría tener. Se eliminarían algunas mafias locales, los estupefacientes serían generados o procesados en laboratorios y por ende, de mejor calidad y pureza, se generarían puestos de trabajo, y se cobrarían impuestos: dinero para las arcas de los gobiernos.
Quizá, en estos tiempos de escasez económica, cualquier opción es buena para recaudar de algo que saben recaudarán a manos llenas. Otra droga intitucionalizada sería la gallina de los huevos de oro en medio de la actual crisis financiera para los gobiernos. Por ejemplo, según la Ley de Impuestos Especiales, en España las cervezas de graduación superior al 0,5% pagan entre 2,75 y 9,96 euros por hectolitro en impuestos. En el caso del vino y las bebidas fermentadas se establece en más de 1,2%. Los productos intermedios son aquellos que teniendo un porcentaje de alcohol entre el 1,2 y el 22, no entran en la anterior clasificación. En península pagan 33,32 euros por hectolitro los de graduación inferior al 15% y 55,53 euros los demás. El más alto de todos y suele ser aplicable a las bebidas de alta graduación, como el whisky. Pagan 830,25 euros por hectolitro en Península y Baleares y 649,66 euros en Canarias. Así pues, Los cigarros y cigarritos pagan un 13,5% del PVP (Precio de Venta al Público), los cigarrillos pagan un 57% del PVP y 8,20 euros por cada mil unidades del mencionado tipo específico. La picadura para liar paga un 41,5% sobre el PVP (está menos desincentivada fiscalmente que los cigarrillos) y las demás labores del tabaco pagan un 25% del PVP.
Con estas cifras es normal que en algunos países la vía de solución al problema económico pase por la legalización de la producción, procesos, distribución y tenencia de estas sustáncias extremadamente deteriorantes de la salud psíquica, física, moral y social de las personas, pero a un coste demasiado elevado para las generaciones venideras.
A veces, y pese a las reticencias de los colegiados, las terapias alternativas funcionan donde otras NO lo hacen. Este sería el caso de las terapias de grupo impartidas por drogadictos desintoxicados, que a parte de saber toda la dificultad que conlleva realizar lo que probablemente sea la mayor obra de sus vidas, conoce todos los intríngulis involuntarios que planteará el enfermo a la hora de evitar los consumos. Ya hemos dicho, que esta enfermedad, la adicción, es terriblemente compleja, pues plantea una evolución y cambio en el enfermo que NO puede ver, ni entender. Imagina que un buen día, llega alguien y te dice que todo, absolutamente todo lo que has hecho hasta hoy, está equivocado, que esa conciencia interna, el psicólogo que todos llevamos dentro, te está equivocando continuamente, sería horrible, pues nadie pone en entredicho lo que su mente subconscientemente le indica. Es aprender a recepcionar e interpretar los mensajes subliminales que tu mente te lanza en manada.
Una enfermedad terrible que NO se está llevando con la seriedad que debería. Imagina que un buen día, aparece alguien y le dice a un paralítico que haga algo, y comienza a andar. Que más dará si está licenciado o NO. Lo importante es que ha resuelto algo que el graduado NO ha conseguido. Esto es lo que viene sucediendo además con la drogadicción. Ya saben que las terapias de grupo impartidas por drogodependientes desintoxicados funciona al cien por cien, pero al NO haber un estudio academico, el colegio de facultativos NO lo acepta como una especialidad a pesar de ser los auténticos expertos a la hora de la solución. Una vez más los delirios de intereses pasan por alto para lo que fueron llamados, la salud. Y delimitan toda su ética a un puesto de trabajo que parece peligrar si alguien consigue curar a sus enfermos.
Esta falacia, NO hace más que empeorar las cosas. Todo marcharía mucho mejor, reeducando a la sociedad en su conjunto, y haciendo ver que las drogas han existido toda la vida y seguiran existiendo. Tenemos que entender que cualquier persona puede ser adicta a cualquier cosa, es una enfermedad como puede ser un cancer o una gripe, pero si lo entendemos en unidad, tendremos recursos de calidad, llegaremos mejor y mucho antes a su enfermedad, y NO se sentirá sola y desamparada. Pedirá mucho antes ayuda, podrá poner en marcha un batallón de recursos eficaces sin miedos, sin censuras ni marginación, y llegar a entender, que también hay una solución cien por cien eficaz y digna.