Don José Manuel Ribera Casado, conocido geriatra recientemente ingresado en la Real Academia Nacional de Medicina, ha publicado
un documento sobre los aspectos éticos de la atención geriátrica. Es una buena muestra
de la opinión médica actual en este ámbito: junto con planteamientos muy sensatos,
se puede ver la complejidad terminológica con respecto a la eutanasia (que oscurece
notablemente una cuestión en sí bastante clara), y la apertura a la discusión del
suicidio asistido en el contexto de la atención médica (cuestión claramente
inadmisible desde el punto de vista ético).
Como contraste, traigo aquí unos párrafos de lo que podríamos llamar un juramento hipocrático cristiano, del siglo III: " Según mi capacidad y mi juicio, sólo aplicaré mis tratamientos para
beneficio de los enfermos. Practicaré mi arte con pureza y santidad. En
cualquier casa que entre, lo haré para ayudar al enfermo, y me
abstendré de cualquier acción, intencionada o no, que pueda causar daño o
provocar la muerte".
Es éste el progreso que nos depara la ética utilitarista? Se comienza por utilizar unos eufemismos y se termina provocando la muerte.