No os lo había contado, pero este mes estoy rotando por atención primaria. Si he de ser sincera, es una rotación que intenté evitar a toda costa. No es que no me guste la primaria, me encanta la medicina, pero no acababa de ver en que podía ser útil a mi formación quirúrgica. Eso y el tema de que me ha tocado un centro que pilla a unos 15 minutos andando de la parada de cercanías más cercana (que a su vez está a una media hora de casa). Lo intenté todo, hasta pedí una rotación con el Samur, pero oye, no coló. Así que ahí estoy, en primaria. Y al final pasa como cuando uno sale de fiesta sin ganas, casi por compromiso, que te sorprendes volviendo a casa a las 6 de la mañana después de una fiesta increíble. Y hombre, tampoco voy a decir que sea la mejor diversión de mi vida, pero es bonito, y porque no decirlo, bastante gratificante.
Es una especialidad que te permite involucrarte tanto como quieras en el tratamiento del paciente. Bueno, como quieras y como el tiempo te deje (que a 6 minutos por paciente a veces no es fácil). No existe la opción de decir “de lo mío nada”. Así que el paciente venga por un dolor de muelas y te acabe pidiendo recetas para el reuma de la abuela, te lo comes con patatas. Si es un paciente, es tuyo. Nada de frases como: “el paciente no presente patología quirúrgica en el momento actual…” El poyaque está a la orden del día… (Por si alguien no conoce este término, repasar la entrada: (http://alandarsehaceelcamino.blogspot.com/2010/01/el-manual-del-buen-cartillero-modos-y.html)
Permite una visión integral del paciente y de sus circunstancias. Familia, antecedentes personales (si le recetaste una pomada para las hemorroides hace 15 años el ordenador te dirá cual es, lo sabe todo), patología concomitante…
Lo peor, es el mal uso que muchos pacientes hacen de la primaria. A veces tengo la sensación de ser cajera de un súper (con todos mis respetos para los cajeros), me explico, la gente a veces no viene a que les valores, vienen a por las recetas rojas, o las verdes o a que les des la baja para tanto tiempo. En plan coja lo que quiera y pase aquí a por sellarlo. Ya puedes estar hablándole a un paciente de su enfermedad terminal que otro puede interrumpirte y con mala educación decirte que lleva media hora esperando y que tiene cosas que hacer, pues que se vayan a hacerlas, que tan mal no estarán… Y es que educar también es parte de la primaria.
Lo mejor la confianza que los pacientes depositan en “El Médico”, su médico de toda la vida, que es el que les conoce desde siempre y sabe lo que es bueno para ellos.
En fin, como siempre he tenido suerte con las personas con las que me ha tocado trabajar. Mi tutora es un encanto, y hasta cuando se fue de congreso me tocó con otro adjunto que en cuanto a forma de trabajar, se parece bastante a mi padrino de promoción, al que adoro por haberme enseñado casi toda la medicina que sé.
En fin, que echo de menos la sangre, pero no suprimiría esta rotación del programa, porque me está dando una visión que nunca podría tener desde otro ángulo y creo que me está haciendo mejor médico, y ser mejor médico es ser mejor cirujano.