Hoy me voy a alejar unos pocos kilómetros del Cantábrico, nada menos de 500 millones de kilómetros, porque hoy es uno de esos días en los que podemos ser testigos de algo único, y que demuestra que nuestra especie es capaz de realizar cosas increíbles usando nuestra mejor herramienta: la inteligencia.
Por primera vez, una nave espacial va a aterrizar, aunque sería mejor decir "acometizar" en un cometa, más exactamente en el 67P/Churyumov–Gerasimenko, que se encuentra entre la órbita de Júpiter y la de Marte.
A las 9:35 hora española de hoy miércoles 12 de noviembre se ha producido la nave Rosseta ha liberado el módulo de aterrizaje Philae, pero las imágenes no llegarán hasta la Tierra hasta pasados 28 minutos y 20 segundos. ¿Por qué? pues porque es lo que tardan las imágenes que viajan a la velocidad de la luz en recorrer los 500 millones de kilómetros de distancia hasta nosotros.
En el enlace de la agencia espacial europea, acaban de confirmar que la separación ha tenido éxito y que si no se produce ningún problema está previsto que el robot aterrice a las 16:35 hora española, o sea que podremos ver las primeras imágenes que tome, aproximadamente media hora después.
Han pasado 10 años desde que se lanzó la nave hasta que ha llegado a su destino. Este proyecto ha tenido lugar gracias a la cooperación de científicos de una gran cantidad de países que colaboran en la Agencia Espacial Europea (ESA).
Si queréis seguir en directo este acontecimiento único podéis hacerlo en este enlace.