ATLÁNTIDA FILM FEST | Crítica de “Still” de Simon Blake

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Sección Atlas
Título original: Still. Director: Simon Blake. Guión: Simon Blake.
Reparto: Aidan Gillen, Jonathan Slinger, Elodie Yung, Amanda Mealing, Sonny Green.
Nacionalidad: Reino Unido. Año: 2014. Género: Drama.
Premios:
Mejor Ópera Prima – Festival de Galway (Irlanda)
Mejor Director – London Independent Film Festival
Valoración: 5
Aquí puedes ver la película en el AFF de Filmin

La pérdida de un ser querido es devastadora, a veces hasta tal punto que puede llevar hasta la autodestrucción. Este tema, es muy recurrente en las películas, ya que juega con el espectador hasta tal punto de, si lo haces bien, puedes metértelos en el bolsillo, emocionalmente hablando. “Still” juega en esta liga, pero imprimiendo un toque de thriller a la trama.

Tom Carver (Aidan Gillen) está en una encrucijada en su vida. Por un lado intenta superar la muerte de su hijo en una accidente automovilístico a base de autodestrucción, alcohol y drogas. Por otra parte, sin culpa suya, se verá involucrado en una disputa con una banda criminal adolescente que terminará de poner patas arriba la poca estabilidad de su vida.

Situada en el norte de Londres, Simon Blake nos trae una película dramática disfrazada de thriller, sobre la desintegración de la humanidad tras la pérdida de un hijo. Aidan Gillen, a veces correcto y a veces sobreactuado, nos muestra a Tom, un padre que lucha con la culpa y la pérdida. La culpa por no estar en la vida de su hijo lo suficiente cuando estaba vivo, la pérdida por no poder remediar lo que ocurrió. Acompañando a Gillen, está Elodie Yung, Christina, la novia del protagonista y Amanda Mealing, Rachel, la ex-mujer, que intenta ayudar a Tom en su torbellino de destrucción. El último de la trama es Jonathan Slinger, Ed, el mejor amigo de Tom.

“Still” tiene una buena premisa, aunque el desarrollo se hace bastante lento, le cuesta arrancar mucho a la película y para cuando lo hace ya está acabando. No digo que no me haya gustado, pero tampoco me ha entusiasmado, es de esas películas que a pesar de no ser muy largas, la lentitud de la trama hace que los minutos casi pasen a cuentagotas, y para cuando ya empieza a pasar cosas, estás algo aburrido de lo que has visto.

Es una película pasable, con sobreactuaciones momentáneas, un buen final que no tiene punto de comparación con todo lo que hemos visto, porque a pesar de que nos olemos como acabará, en cierta forma esperamos que la humanidad sea más compasiva de lo que realmente pudiera ser.

Crítica: María José Díaz-Maroto