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Colombia es uno de los cinco países que albergan la mayor biodiversidad del mundo, es una gran fortuna pero también es una gran responsabilidad para todos los que habitamos estos territorios.Conocer, estudiar, apreciar nuestros ecosistemas es un asunto necesario y vital para que en el largo plazo estos lugares puedan seguir existiendo de manera equilibrada, con sus diferentes expresiones de vida y ella incluye la permanencia de los pueblos que habitan nuestra variada geografía.En aras de aportar al acercamiento, estudio y profundización de herramientas para que la sociedad conozca y lidere procesos adecuados sobre lo ambiental, es que se propone el abordaje y difusión del Atlas Global de Justicia Ambiental.Esta herramienta es fruto de un equipo internacional de expertos que viene construyendo y poniendo a disposición pública un Sistema de Información Geográfica - SIG con mapas temáticos y regionales que cubren conflictos ambientales de todo el mundo.Los conflictos están agrupados en temas como: extracción de minerales, combustibles fósiles, agua, residuos, turismo, biodiversidad, energía nuclear, infraestructura, industria. La plataforma permite el acceso a información de decenas de variables sobre los más de 1.200 casos documentados hasta hoy; los datos se pueden filtrar por países, por compañías, por producto, por tipo de conflicto, etc.De acuerdo con este atlas Colombia es el segundo país con la mayor cantidad de conflictos ambientales, 98 casos, estando mád del 70% de ellos relacionados con extracción de minerales y usos del agua; en todos los casos se puede acceder a información sobre el origen del conflicto, los actores, la población afectada, las acciones que se han tomado, etc.Muchos de los conflictos colombianos son en páramos, humedales, selvas, manglares, territorios indígenas y campesinos; lugares que acogen gran cantidad de biodiversidad endémica y de culturas únicas. Estos conflictos afectan de manera directa a más de ocho millones de colombianos y sus impactos directos son en más de dos millones y medio de hectáreas.La inmensa mayoría de los casos que hoy Colombia padece han sido originados en los últimos 20 años y parece que la tendencia es seguir aumentando, máxime cuando las empresas y los políticos niegan y minimizan la gravedad del problema y al contrario de reforzar herramientas para una mayor responsabilidad con los ecosistemas se relajan y hasta eliminan los pocos e ineficientes controles existentes.Para contrarrestar este modelo arrasador de ecosistemas, culturas y pueblos, es necesario informarse, estudiar, discutir, socializar, movilizar y ahí hacen un aporte importante recursos como el Atlas Global de Justicia Ambiental.@jairmontoyatoro[email protected]