Revista Música
Ya entrados en los '70, Pink Floyd deciden dar un paso muy importante en su carrera: abandonar la psicodelia e imbuirse del espíritu sinfónico y progresivo que predominaría a lo largo de la década. Esta vaca tan simpática (Lulubelle III se llamaba), fotografiada por el inigualable Storm Thorgerson del estudio Hipgnosis, es la encargada de presentarnos a los nuevos Pink Floyd y de introducirnos en Atom Heart Mother.
La canción que da título al álbum es la gran suite. Se trata de una grandiosa obra orquestal en la que cada músico da lo mejor de sí mismo en todos los aspectos, y en la que el grupo en su conjunto brilla con luz propia. Otro tema curioso es Alan's Psychedelic Breakfast, la suite encargada de poner el broche final en este magnífico álbum. Grabada en la cocina de Nick Mason, combina música instrumental con sonidos propios de un desayuno (cereales volcándose, huevos friéndose...). Completan el disco tres temas cortos más amenos, con letras que hablan del valor de la amistad (nueva referencia a Syd Barrett en If), el estilo de vida rockero...
El título del álbum tiene su historia (absurda, sí, pero quizá por esto la historia sea más interesante). Originalmente se iba a llamar The Amazing Pudding, pero era un título que no les convencía. Nick Mason encontró una noticia en el periódico sobre una mujer embarazada que había sido sometida a una operación de corazón, y tenía un marcapasos atómico. El título de la noticia era Atom Heart Mother.
Paradójicamente, Waters y Gilmour odian este trabajo, y yo no puedo evitar encontrarlo atractivo.
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