1. La Caza (Thomas Vinterberg, 2012)
Lo primero que debo decir es que cuando me pongo a ver una película, intento hacerlo bajo dos premisas: (1) tener el mínimo de inputs de esa cinta en concreto, para estar tan poco influenciado como sea posible, y (2) hacerlo con la mente en blanco, intentando no hacer vínculos con otros films si no es que son la secuela de aquél o la continuación del otro. Con ‘La Caza’ (maravillosa película de Vinterberg bastante alejada de aquel movimiento Dogma con el que se dio a conocer junto a Von Trier), no fue posible.
Y es que estuve todo el rato con la duda: a los 15 minutos de película, cuando se lía parda con el personaje de Mads Mikkelsen (soberbio, por cierto) se creó en mi cerebro el link con ‘La Calumnia’ (William Wyler, 1961), con las interpretaciones magistrales de Audrey Hepburn y Shirley McLaine, y ya no me abandonó.
La base es la misma: la mentira de una niña hace que se desarrolle toda una historia de hundimiento. Hundimiento físico de los protagonistas, que son las víctimas aparentes, pero también el hundimiento moral de todos los que les rodean, que dejan caer sus máscaras de hipocresía para que puedan salir a flote sus instintos más primarios, sus reacciones más viscerales.
Al final, las dos películas son víctima de su tiempo y así como en la película de Wyler la mentira habla sobre la homosexualidad, una temática muy tabú en el momento y hoy en día (en principio) superada, ‘La Caza’ trata del abuso infantil, lacra que si bien ha existido siempre salió a la superficie con el nuevo milenio.
¿Sabía Vinterberg de la existencia de ‘La calumnia’? Creo estar convencido de que sí y la duda es si se trata de un plagio voluntario o de una coincidencia inconsciente. ¿Es homenaje o es “inspirado en…”? ¿O no tiene nada que ver una con la otra? Y lo más importante: ¿Por qué tuvo tanto reconocimiento ‘La Caza’ y se recuerda tan poco a la meritoria ‘La Calumnia’?
Dos grandísimas películas, que merecerían columna individual cada una, pero que estarán unidas en mi mente para siempre.