Revista Coaching
Cada vez es más habitual ver gente hablando sola por la calle o en el metro. También se suele ver gente gesticulando o con la mirada perdida y muy absorta en sus pensamientos, tanto, que corren peligro de ser atropellados o sufrir cualquier otro accidente. Están secuestrados por su propia cabeza.
Esto puede parecer algo inocente pero si no se pone remedio puede llegar a convertirse en algo muy peligroso. Hay personas que establecen un dialogo mental desde que se levantan hasta que se acuestan hasta el punto en el que pierden el sentido de la realidad, pues la realidad es la que ellos fabrican en su cabeza. Estas personas viven una vida en su mente y no se enteran de nada de lo que pasa a su alrededor. Una vez establecida esta realidad virtual estas personas pretenden que los que les rodean se ajusten a esa realidad que no existe y por tanto empiezan a tener problemas con todo el mundo. Llega un momento en el que cada vez se encuentran más y más aisladas y este dialogo mental las posee totalmente y de aquí a la demencia solo hay un paso muy corto. Si te encuentras atrapado por tu cabeza corres el peligro de introducirte en una soledad total, porque solo existes tú y tus pensamientos. De modo que pierdes la capacidad de escuchar a los demás y les juzgas según patrones particulares siempre falsos. Por eso si quieres vivir una vida plena y feliz no es opcional mantener una higiene mental consistente en vivir el presente y no vivir en tu cabeza. Es fundamental para tu salud observar tus pensamientos y no dejar que estos te controlen, saber cortarlos y vivir la vida intensamente. Es importante para ello concentrarse en lo que se está haciendo. Desarrollar la capacidad de observación. Saber escuchar a los demás. En definitiva vivir la vida y no convertirse en una especie de momia envuelta en un montón de esquemas mentales con olor a líquido de embalsamar.