Revista Cultura y Ocio
La certidumbre es un fluido derramándose por entre la duda, débil, apocado y mortal como un sueño desvaneciéndose por entre la vigilia. El tiempo es un pan de hielo metido en el horno de la eternidad. Quien piense que puede detener el tiempo acabará sin lugar donde poner su ridícula existencia. El horizonte es un fugitivo que se difumina cuanto más te acercas. Lo definitivo a nadie pertenece. Solo el ahora y nada más. De humo estamos hechos. Pasamos la vida atrapando aire. Derrochando pulsaciones a venas llenas, dejando el corazón vacío. Lo insustancial es lo importante y lo sustancial no nos importa. Será tarde cuando podamos entender tamaña obviedad. Llegamos aquí como un regalo y lo despreciamos. Lo que viene está condenado a marcharse. No se puede evitar. Amontonamos falsas certezas en el vertedero de la ilusión al creer que podemos atrapar el aire, sin saber que solo somos ilusos en manos del aire.