Sabía de la existencia de las nubes, y quería una. Una, pero no una cualquiera.
Solo quería aquella nube del norte (no, del sur) que tenía dentro el agua necesaria para generar un mundo verde, mi mundo verde, nuestro mundo verde.
Imaginé cómo atraparla, y tras pensar mil formas, diseñé una jaula para nubes, en la que logré atrapar una.
Allí la tuve un tiempo, pero pronto estuvo claro que no era esa nube. Parecía que se había dejado atrapar y estaba contenta de estar ahí, sin más. Pero su agua no sabía hacer mundos verdes.
Así que abrí la puerta de la jaula, la liberé, y seguí tratando de conseguir mi nube.
Pasó el tiempo, y varias nubes se acercaron, pero ni siquiera me planteé atraparlas.
Simplemente no eran, así que las dejé seguir su camino.
Un día cualquiera una nube llegó. Supe de inmediato que no era como las demás. Supe que no era una nube, que era la nube.
Traía el verde escrito en cada gota y generaba ilusión con solo mirarla.
Pensé cómo atraparla, pero deseché la idea. No quería jaulas. Sólo la unión deseada, mantenida con suavidad. Desde entonces me da sus gotas y pinta de verde mi vida.
![verde (1) 158.- Atrapar una nube](http://m1.paperblog.com/i/84/844446/158-atrapar-una-nube-L-kUY_hw.jpeg)
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