Revista Empresa
Preguntar o no preguntar, ese es el dilema
Un estudio del Chartered Management Institute, llega a la conclusión de que el 85% de los trabajadores británicos no acude a sus jefes cuando necesita ayuda.
Las principales razones alegadas, a parte de evitar molestarles, fueron:
• Temor a parecer incompetentes (30%).
• Temor a ser juzgados negativamente por su inseguridad (20%).
La opción más común es la de buscar información de libros, por internet, o preguntar a compañeros (con los peligros que eso entraña…).
Este estudio pone sobre la mesa que los jefes británicos suspenden en el manejo de la comunicación. No he encontrado estudios parecidos que retraten la situación en España, pero no creo que los resultados fueran muy diferentes…
En las reuniones este “temor a preguntar” se puede ver agravado debido al hecho de que “puedo quedar mal delante de mucha gente”…
El moderador debe facilitar las preguntas y nunca dar a entender que éstas le molestan o que las vive como una interrupción. No se puede aplazar al final de la reunión una pregunta que ponga de manifiesto que algo no se ha comprendido. Otra cosa distinta serán esas preguntas que buscan por ejemplo anticiparse…
Tampoco debe poner nunca en evidencia en público al que se atreve a preguntar, a riesgo de incrementar la actitud de “ya preguntaré luego a otro…” o de conseguir que la persona “desintonice” .
Una reunión en la que los participantes tengan miedo de admitir que no han entendido algo, evidencia una clara deficiencia en la manera de conducirla.