Atrofia muscular por denervación
Cuando un músculo pierde su inervación por parte de las fibras nerviosas, ya no recibe las señales contráctiles que son necesarias para mantener el tamaño muscular normal. Por tanto, la atrofia, fenómeno donde ocurre la disminución de la masa total de un músculo, comienza casi inmediatamente.
Después de aproximadamente 2 meses también comienzan a aparecer cambios degenerativos en las propias fibras musculares. Si la inervación del músculo se restaura rápidamente, se puede producir la recuperación completa de la función en un plazo tan pequeño como 3 meses, aunque a partir de ese momento la capacidad de recuperación funcional se hace cada vez menos, y no se produce ninguna recuperación adicional de la función después de 1 a 2 años.
En la fase final de la atrofia por denervación, la mayor parte de las fibras musculares son destruidas y sustituidas por tejido fibroso y adiposo. Las fibras que permanecen están formadas por una membrana celular larga con los núcleos de las células musculares alineados, pero con propiedades contráctiles escasas o nulas y con una capacidad escasa o nula de regeneración de las miofibrillas si vuelve a crecer un nervio.
El tejido fibroso que sustituye a las fibras musculares durante la atrofia por denervación también tiende a seguir acortándose durante muchos meses, lo que se denomina contractura. Por tanto, uno de los problemas más importantes en la práctica de la fisioterapia es evitar que los músculos que se están atrofiando presenten contracturas debilitantes y desfigurantes.