Explota rítmico el retumbar ruido de tambores. Laten piedras, sillares, catedrales: doble fila hinchada de espectadores que contiene la respiración y cuenta, en silencio, a los anónimos cofrades. Y sin silencio, anunciando el paso de tronos, macarenas, dolorosas, pasiones todas de creyentes y no creyentes, antes inexplicable, hoy, misterio.