«La amplia remodelación del Gobierno llevada a cabo por Zapatero inmediatamente después de aprobar los Presupuestos y de haberse garantizado la estabilidad parlamentaria hasta el fin de la legislatura es sin duda un audaz golpe de efecto político. Pero es también, y eso se ha comentado menos, un reconocimiento de errores y una demostración de humildad política tras muchos años en los que Zapatero se ha caracterizado por cierta prepotencia política, un exceso de confianza en sus intuiciones y un desprecio notable de las recomendaciones de sus colaboradores más cercanos.
Zapatero asume con sus últimos movimientos que fue un error nombrar a Leire Pajín secretaria de Organización del PSOE en contra del criterio del propio José Blanco, que le recomendó otras opciones. La inquietante perspectiva de que Pajín dirigiera la campaña electoral en la que se jugará su futuro le ha llevado a reconocer su error y dejar de nuevo el partido en manos de Blanco. Pero el presidente admite también que se equivocó hace un año cuando, contra el criterio también de muchos de sus asesores, destituyó a Ramón Jáuregui como portavoz adjunto del Grupo Parlamentario Socialista y lo desterró a Bruselas. Ahora, cede ante Rubalcaba y recupera a Jáuregui como una pieza clave del nuevo Gobierno.
Pero hay más. El presidente reconoce que fue un error empecinarse en mantener el Ministerio de Vivienda, una fallida creación suya, cuando todos le aconsejaban que lo eliminase tras el paso de Chacón por el departamento, tan estéril como lo fue el de María Antonia Trujillo. Y lo mismo cabe decir de su capricho en nombrar ministra a Bibiana Aído solo por que se prendó de su desenvoltura cuando la conoció. Ahora reconoce que fue excesivo e incluso elimina el ministerio que creó específicamente para ella»...
[+] Fuera de página | La Voz de Galicia
Revista Comunicación
Escribe Gonzalo Bareño: