Esto de Arcadi Espada, hace un par de domingos: "Millones de ciudadanos participan en estos programas en muchos países del mundo. Son ciudadanos que, votando o no, deciden el futuro de sus países. Son una mayoría de ciudadanos. Nutren la audiencia de los programas, deciden las noticias más leídas de las webs noticiosas o embisten en las redes sociales, que es el único plan que puede ejecutar su cabeza. No son, por supuesto, un invento de nuestro tiempo. De hecho tiendo a creer, contra toda apariencia, que su número va reduciéndose, gracias al lento pero inexorable proceso de civilización, que puede con todo. La gran diferencia con el pasado es su visibilidad y, por lo tanto, su pútrida influencia. Las aduanas de los medios y de la política se han abierto para ellos y sus delirios. Nadie puede negar que la política se ha democratizado y que el Congreso de los Diputados, por ejemplo, es mucho más representativo de lo que era hace 30 años. Basta comparar el habla, el atuendo, el nivel de conocimientos y las deducciones lógicas de las personas que hablan en la tribuna parlamentaria con las que lo hacen en esos platós: cada vez son más indistinguibles."