Sería una gran noticia para el pueblo brasileño, que en tres días en Brasil hayan logrado reemplazar el 92 por ciento de las plazas vacantes, que dejan los médicos cubanos del programa Mais Medicos, según dice un comunicado del Ministerio de Salud de ese país. Ya se sabrá si es cierto.
Creado durante el gobierno de Dilma Rousseff, el programa ofreció hasta el 2016 atención médica a 63 millones de brasileños y brasileñas, muchos de los cuales nunca habían tenido acceso a un profesional de la salud. En realidad, 700 municipios del país no tenían un médico ni siquiera para atender a la población local.
Los médicos brasileños no se presentaron como candidatos en cifra suficiente; después se abrió el programa para médicos de América Latina; y finalmente, como todavía no habían sido ocupadas ni siquiera la mitad de las plazas, se firmó con la OPS un convenio para convocar a médicos cubanos, escribió la ex presidenta. El programa preveía la creación de nuevas facultades de medicina, iniciativa que fue suspendida por el gobierno golpista de Temer.
Bolsonaro domina el accionar de las mentiras. Lo hizo contra los médicos cubanos. Él dijo que ellos sólo podrían continuar en Brasil si Cuba permitiría que sus familias estuvieran en Brasil. Sin embargo, en 2013, como diputado, se opuso y atacó la llegada de familias de los médicos cubanos diciendo que estaban compuestas de "mercenarios".
Como decimos en Cuba, Bolsonaro es un dominó hablado. No es secreto su alineamiento a Estados Unidos. Desmontar el programa Más médicos, responde a una conspiración secreta planificada, organizada y financiada en Estados Unidos que involucra al propio presidente Donald Trump, a su secretario de Estado Mike Pompeo, al senador Marco Rubio, a otros altos funcionarios de la inteligencia USA y, particularmente, al presidente electo brasileño Jair Bolsonaro. La embajada norteamericana en Brasil y los consulados en Belo Horizonte, Fortaleza, Manaos, Porto Alegre, Recife, Rio de Janeiro, Salvador, y Sao Paulo, monitorean este plan.
La estrategia fue planeada desde marzo pasado en un encuentro secreto entre Bolsonaro y Marco Rubio. En este tema acordaron no solo las futuras posturas de Bolsonaro contra Venezuela y su posible implicación, de ser necesario, en una intervención armada para derrocar al presidente Maduro. A la par, en el caso Cuba, se manejó la posible ruptura de relaciones diplomáticas con la Isla, contribuyendo a la intención de aislarla internacionalmente.
Para dar continuidad a los acuerdos iniciales un hijo de Bolsonaro se entrevistó en el reciente agosto con Steve Bannon, uno de los artífices del triunfo de Trump y cercano colaborador a él.
Bolsonaro se limitó a aceptar esta estrategia y se comprometió a implementarla lo más pronto posible, un tema que silencia y en el cual miente.
Dejo para otro momento denunciar quienes están dando sustento de todo tipo a estos proyectos infames.
Norelys Morales Aguilera.