Revista Diario

Audiometría

Por Arielac
Tenía pendiente escribir esta entrada. El día 15 le hicieron a Valeria una audiometría infantil. Tienen que hacerle un seguimiento, porque al nacer, uno de los fármacos que le administraron fue la gentamicina, que es un antobiótico muy potente, pero también muy tóxico, y que entre otras cosas, puede causar daños en el oído.
Cuando Valeria tenía un par de meses, le hicieron una prueba de emisiones otoacústicas y salió bien, pero aún tenía pendiente la audiometría. Al ser tan pequeñita, le hicieron una audiometría especial para niños, la audiometría por respuesta visual.
Valeria y yo entramos en una habitación pequeñita que a mi me recordó un poco a un estudio de grabación. Tenía las paredes con un material aislante, una especie de gomaespuma de color oscuro, y la luz era indirecta y ténue. Me pidieron que me sentara en una silla con Valeria encima, tenía que intentar que ella no apoyara la espalda en mí, sujetarla por la cintura y no hablar. Frente a nostros, había una mesa con distintos jugutes, un teatrillo, marionetas, construcciones... detrás de esa mesa, se sentó una enfermera que le enseñaba los muñecos a Valeria para captar su atención. A ambos lados de nosotras había unas cajas negras.
Otra enfermera se quedó fuera, y era la que manejaba el "cuadro de mandos". Apretaba un botón que hacía que se escuchara un sonido a nuestra derecha. Cuando Valeria giró la cabeza hacia ese lado, al oir el sonido, la enfermera de de fuera (que nos veía, aunque nosotras a ella no), apretaba un pedal que hacía que la caja negra de nuestra derecha se iluminara, dentro había un muñeco de Pluto que movía la cabeza de lado a lado. Valeria se emocionó mucho y me lo señalaba con el dedo. Hicieron así varias veces, con sonidos de distinta intensidad. Si Valeria no se giraba, le encendían el Pluto a la vez que ponían el sonido, para motivarla más, es decir, era puro reflejo condicionado, yo no pude evitar acordarme de los experimentos de Pavlov.
Luego le pusieron unos auriculares a Valeria y repitieron el proceso, solo que esta vez se encendía también la caja de la izquierda, que tenía un muñeco de Igor. Pero a los dos o tres minutos, Valeria empezó a aburrirse y ya pasaba de mirar a ningún lado, así que lo dejaron.
Está muy bien, ya me lo imaginaba yo, porque repite muchísimas palabras, pero siempre está bien que hagan seguimientos y controles, por las dudas.
La prueba, muy sencilla y en principio divertida, aunque la niña que salió antes que nosotros se asustó mucho con el Pluto, la verdad es que un poco tétrico sí era el ambiente, entonces con algunos niños puede costar hacerla... no tengo ni idea de esto, pero me pregunto si no se podrían acolchar las paredes con otros colores, que no le den un aspecto tan oscuro al sitio y que los niños que se asustan estén más a gusto, más que nada porque es importante lograr hacerles la prueba y tampoco es plan de que se lleven un mal rato...
Pero bueno, en lo que respecta a nosotras, una prueba más superada!

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