Revista Opinión
Que el PP no sabe perder unas elecciones es algo que quedó claro en marzo del año 2004. Que tampoco sabe ganarlas es algo de lo que no dejan de dar muestras desde hace unas semanas. Rajoy y toda su "tropa", capitaneada por doña "acuso sin pruebas porque me sale gratis" Cospedal, han anunciado que auditarán las cuentas de las comunidades autónomas en las que van a gobernar, dando a entender que dichas cuentas han sido falsificadas. Respecto a las que corresponden a las autonomías en las que ya gobernaban, ni una sola palabra.
Curiosamente, a raíz de la falsificación de las cuentas griegas, la Unión Europea aprobó, hace exactamente un año, reforzar los poderes de Eurostat para que pueda auditar las cuentas públicas de los Estados miembros, pudiendo incluso enviar funcionarios del ejecutivo comunitario para revisar de primera mano los datos del Gobierno central, regiones, ayuntamientos y seguridad social del país en cuestión. Que se sepa, ni han venido ni se les espera. Si a eso añadimos que el estado de las finanzas es público y que existe un Tribunal de Cuentas, ¿qué obtiene el Partido Popular generando desconfianza en los mercados hacia la economía de nuestro país? Todavía habrá quien, desde la mayor desfachatez, tilde esta actitud de patriótica.