Parece que no importa, cuando este gobierno quiere, que el déficit aumente. Eso sí, sólo por causas justificadas, sólo por razones sólidas, sólo por el interés de los ciudadanos, sólo por cuestiones ineludibles. Por ejemplo, por financiar armas.
Esa sí que es una razón. Nos sentimos atacados, debemos tener armas para defendernos. Hay que ver estos enemigos como aprietan. Dentro de poco nos pedirán que compremos pistolas y rifles para defendernos. Pero, ¿de quién nos tenemos que defender? ¿Dónde están esos enemigos mortales que nos atacan constantemente?
Como todos sabemos nuestro gran problema son los gastos en Educación y Sanidad. Nos gastamos más de lo que podemos, nos dicen sin rubor y con desvergüenza. Por eso la reducción en el presupuesto del ministerio de Educación ha sido de un 21% y en el de Sanidad de un 14% (a lo que hay que sumar las grandes cantidades que están recortando las CC.AA.). Lógicamente el ministerio que menos ha disminuido su presupuesto, es el más importante, es el de Defensa, –lo ha hecho en un 8,8%-- que es el que más necesitamos, el imprescindible.
Nos pasamos en gastos farmacéuticos, llegando a gastar por ciudadano la enorme cantidad de 259 euros, mientras que en gastos militares apenas gastamos 368 euros. Es más pero es menos, lo importante es que tengamos seguridad, que podamos jugar con armas sofisticadas que quizá no utilicemos nunca pero que quedan de miedo en un desfile y sirven de entretenimiento a nuestro ejército. O en todo caso, siempre habrá un Afganistán para jugar a la guerra. Lo del gasto farmacéutico es algo inútil, al fin y al cabo todos sabemos que algún día moriremos.
Bueno, pues ahora esa enorme necesidad de seguridad hace que hayamos aumentado el presupuesto de Defensa (de Guerra, me gusta llamarle) en una pequeña cantidad, o sea en 1782 millones de euros. Lo que hace que el Ministerio de la Guerra sea el único que aumenta el presupuesto, y lo hace en un 15% sobre el año pasado. Además esta corrección presupuestaria hace aumentar el déficit del Estado en casi dos décimas, eso sí, de forma justificadísima.
Pero no importa, porque qué sería de nuestras vidas sin los carros Leopard, qué dirían los de Pérez si no tuviéramos los caza eurofighter, cómo podríamos mirar la cara al mundo sin haber comprado los torpedos DM2A4. ¡Nos echarían de la OTAN! ¡Qué barbaridad!
En fin, ya vemos por donde van nuestras prioridades. Menos mal que como vamos directos al rescate, esa teutona modélica y esa troika financiera nos dirán que debemos recortar en armas, ya lo verán, o sea que son capaces de proponernos armas recortadas.
Mientras tanto, ¿quién recortará la desvergüenza de este gobierno? ¿cuánto nos costará recuperar lo que hemos perdido en siete meses (y lo que te rondaré, morena)? ¿Hasta cuándo aguantaremos tanta mentira y tanto incumplimiento?
Salud y República