El estrés es considerado por los especialistas un mal del siglo XXI, ya que, aunque seguramente se halla manifestado en otras épocas, no causaba el daño generalizado que ocasiona en estos tiempos. Ligado, probablemente, al desarrollo y a la modernización de nuestras sociedades, lo cual nos ha obligado a realizar muchas transformaciones y modificaciones en nuestra vida familiar, social y personal; tratando de mantener un ritmo acorde y aceptable en función de los nuevos estilos de convivencia.
El aumento tecnológico ha requerido de una mejor preparación laboral y cada día nos exigimos más de nosotros mismos sin medir la capacidad de entrega y el esfuerzo mental y físico al que sometemos nuestro cuerpo.
Primeramente hay que saber que ante un estado de estrés prolongado y mantenido , el cuerpo experimenta dolencias físicas que aunque son de origen psíquico ,afectan nuestro organismo con la misma intensidad de una enfermedad patológico(problemas cardiovasculares, gastrointestinales, hipotensión e hipertensión arterial, problemas celíacos ,etc.) y a largo plazo dejar secuelas(aparición del hipertiroidismo) .
Durante una situación determinada generadora de cambios significativos que nos afecta directamente de forma emocional , nuestro organismo demanda una respuesta frente a un hecho que considera una amenaza, cuando esta respuesta natural de nuestro mecanismo de defensa ocurre en exceso puede dar paso a la aparición del estrés; desencadenando estos graves problemas de salud.Estas son las clasificaciones más comunes de situaciones que pueden desencadenar una respuesta de estrés, basadas en el origen del estímulo (Brown, 1980).
- Stress psicológico: producido por estímulos emocionales o perceptuales, perdida de afecto, seguridad y, en resumen situaciones amenazantes desde el punto de vista físico o moral. (enfermedades prolongadas, embarazo, cirugías, etc.)
- Stress social: restricciones culturales, cambio de valores, migraciones, cambio de vida, problemas de adaptación.
- Stress económico: restricciones económicas, desempleo, inconformidad laboral.
- Stress fisiológico: producido por agresiones físicas, químicas, bacterias, virus, etc.
Si en base a esta información consideras que enfrentas alguna situación estresante que te esté afectando físicamente, lo primero que debes hacer es chequear tu salud realizándote los exámenes médicos de rutina; anticipándote a la aparición de alguna anomalía patológica producto de este estado de mala salud .Luego es recomendable consultarse con el endocrino, teniendo en cuenta, que el estrés se manifiesta mediante respuestas endocrinas y la activación del sistema nervioso; liberando cantidades elevadas de hormonas de corticotropina y de adrenalina y si el organismo no es capaz de detener esa repuesta, entonces compromete gravemente su salud.
Ante esta sobrecarga de tensión las patológicas que aparecen impiden el normal funcionamiento y desarrollo del cuerpo humano: problemas de memoria, alteraciones del estado de ánimo, nerviosismo, falta de concentración, importantes cambios hormonales en las mujeres, etc. Observando que estos cambios no solo te afectan a ti sino que dañan la relación en tu medio familiar, social, laboral e inclusive tu vida sexual.
Ya que es una respuesta del organismo ante cualquier demanda hecha sobre él, o sea, cambios en tu vida emocional, social y económica; además de insatisfacciones con nuestros resultados laborales y personales, debes crear un patrón donde logres visualizar cómo eras antes del cambio y qué te llevó al cambio. Entonces podrás comprender lo que tu cuerpo y tu mente demandan de ti para equilibrar su correcto funcionamiento fisiológico y psíquico.
Tienes que ser consciente del papel que juegas frente a tu recuperación, puesto que la misma depende completamente de nuestra capacidad adaptativa ante la aparición de esta dolencia.- Una buena manera de comenzar a enfrentarlo es no aislarte. Conversar te ayuda a liberar la presión que cierta situación te esté provocando en el estado de ánimo, así, que las consultas con terapeutas y el aumento de la interacción con tus amigos y familiares serían ideal.
- No te enfoques en los problemas sino en las vías para solucionarlos. Teniendo en cuenta que ese problema se encuentra ligado a tu conducta, por lo cual, si lo atacas, el organismo lo verá como una amenaza y no como un complemento más de tu vida; quedando tú en medio de esta lucha.
- Trata de sensibilizar tu mentalidad en función de tu vida social y familiar sin enfocarte en la economía ni el trabajo. Siendo comprensible que el agotamiento físico que experimentas durante estos episodios no se debe a una necesidad de descanso sino a un necesario cambio de actividad. Esto incluye la realización de ejercicios físicos y de relajación, importantísimos para el funcionamiento equilibrado de nuestro cerebro.
- Logra ver el trabajo como algo placentero; disfruta lo que haces, manteniendo así, la serenidad laboral. Evitando que en aspectos psicológicos, tu actividad cognitiva se vuelva un agente agresor que active el sistema inmune.Buscar ayuda especializada. Estos desajustes surgen como respuesta a cambios en el entorno y en la vida emocional; por tanto, debido a su fundamento psíquico, necesitarás orientación psicológica.
- No acudas a fármacos sin consultar a un especialista. Debido al aumento de los niveles de ansiedad en el organismo, característico en los episodios de estrés, eres más propenso a sufrir depresión y al abusar de sedantes no indicados, puedes empeorar tu estado emocional.Cada organismo responde de manera diferente ante una respuesta de estrés y crea sus propias medidas adaptativas para afrontarlo, en dependencia de las circunstancias que rodeen la situación específica. Es un mal que apenas se está comenzando a estudiar y aunque se han realizado muchos estudios, su poder destructivo hacia el individuo atrae siempre nuevas interrogantes. Lo importante es no dejarte controlar por un estado emocional. Si consigues recuperar el control de tu mente recuperarás el control sobre tu cuerpo; logrando llevar una vida saludable y activa.