El frío al fin ha llegado, tarde, pero ha llegado. Y con él también llegan resfriados varios y otras enfermedades pasajeras que debilitan nuestras defensas. Para disfrutar de la belleza del invierno pero sin que te afecten sus desventajas, incluye en tu dieta habitual algunas de las siguientes plantas:
Jengibre
En un vaso de agua hirviendo al que añadiremos un trozo de raíz de jengibre rallada, mezclada con un poco de ajo crudo picado y el zumo de un limón, conseguiremos un buen preparado casero para luchar contra los resfriados y catarros de esta estación, por su acción que frena la entrada de nuevos virus. Lo podemos endulzar con un poco de miel.
Tomillo
Una cucharada pequeña de tomillo por taza de agua y tendremos una eficaz infusión para combatir la falta de fuerzas a que lleva el resfriado, además de diluir la mucosidad y aplacar el dolor de garganta. Se recomienda beber entre 2 y 4 tazas al día.
Equinácea
Tomada en jarabe, infusión, o bien en comprimidos naturales, la Equinácea supone un gran remedio para activar a los leucocitos de la sangre, responsables de defender al organismo ante la invasión de los virus y gérmenes. Es por esto que esta planta nos servirá en casos de gripe, resfriado corriente e incluso bronquitis.
Escaramujo
En este caso será la vitamina C, que posee en cantidades importantes esta hierba, de la cual nos vamos a beneficiar. Una sencilla infusión de escaramujo fortalece las defensas y actúa como barrera natural ante la entrada de virus por las vías respiratorias.
Eucalipto
También tomado en tisana, jarabe o incluso a modo de loción externa, las hojas del eucalipto son altamente recomendables para los resfriados, y en especial aquellos que se quedan “pegados” al pecho. Se desaconseja en niños menores de 6 años y en personas asmáticas o embarazadas.