Las áreas protegidas —parques, reservas naturales y otras zonas naturales— contribuyen a reducir la desforestación, la pérdida de hábitats y especies, y sustentan los modos de vida de más de 1.000 millones de personas, al tiempo que incluyen el 15% de las existencias de carbono del mundo, según el mencionado informe.
Además este documento cuantifica el progreso con arreglo a las Metas de Aichi, una serie de objetivos presentados hace dos años por el Convenio sobre la Diversidad Biológica que incluían el propósito de gestionar y conservar efectivamente y equitativamente al menos el 17% de las áreas terrestres del mundo y el 10% de las áreas marinas del mundo de aquí al año 2020.