El doctor César Louis, neurogastroenterólogo del Hospital de
Clínicas Caracas, informó que esta condición afecta al 11,54% de la población
en Venezuela, mayormente adultos, según los resultados del Primer Consenso
Venezolano sobre esta enfermedad realizado en 2010. Su causa se debe en el 70%
de los casos a la incapacidad del esfínter esofágico inferior de retener el
contenido gástrico, y el 30% restante se origina por trastornos de motilidad. Entre
los factores están: la ingesta de grasas, chocolate, lácteos, café, té, cebolla, ajo, menta,
hierbabuena y alcohol; así como el uso de broncodilatadores para el asma, anticolinérgicos,
bloqueantes de calcio, y sedantes. Existen otros elementos predisponentes como
la hernia hiatal, el sobrepeso, la obesidad y el embarazo. El diagnóstico clínico está basado en los síntomas y en el monitoreo
de pH esofágico de 24 horas. La dieta y cambios en el estilo de vida son
fundamentales tanto para la prevención como para el tratamiento esto incluye
evitar los alimentos anteriormente señalados, no fumar ni acostarse
inmediatamente después de comer, no usar ropa ajustada y dormir con la cabecera
levantada 30 grados. El tratamiento farmacológico, consiste en bloquear la
producción de ácido clorhídrico y la actividad de la pepsina, principales
agentes causales de la enfermedad, mediante el uso de medicamentos inhibidores
de la bomba de protones.Revista Salud y Bienestar
El doctor César Louis, neurogastroenterólogo del Hospital de
Clínicas Caracas, informó que esta condición afecta al 11,54% de la población
en Venezuela, mayormente adultos, según los resultados del Primer Consenso
Venezolano sobre esta enfermedad realizado en 2010. Su causa se debe en el 70%
de los casos a la incapacidad del esfínter esofágico inferior de retener el
contenido gástrico, y el 30% restante se origina por trastornos de motilidad. Entre
los factores están: la ingesta de grasas, chocolate, lácteos, café, té, cebolla, ajo, menta,
hierbabuena y alcohol; así como el uso de broncodilatadores para el asma, anticolinérgicos,
bloqueantes de calcio, y sedantes. Existen otros elementos predisponentes como
la hernia hiatal, el sobrepeso, la obesidad y el embarazo. El diagnóstico clínico está basado en los síntomas y en el monitoreo
de pH esofágico de 24 horas. La dieta y cambios en el estilo de vida son
fundamentales tanto para la prevención como para el tratamiento esto incluye
evitar los alimentos anteriormente señalados, no fumar ni acostarse
inmediatamente después de comer, no usar ropa ajustada y dormir con la cabecera
levantada 30 grados. El tratamiento farmacológico, consiste en bloquear la
producción de ácido clorhídrico y la actividad de la pepsina, principales
agentes causales de la enfermedad, mediante el uso de medicamentos inhibidores
de la bomba de protones.