Revista América Latina

Aún Estoy Aquí: sobre la memoria y la espera

Publicado el 23 diciembre 2025 por Apgrafic
Aún Estoy Aquí: sobre la memoria y la espera

Escrito por Rodrigo Jordan

D se va. Parte a Salvador de Bahía, Brasil. D ha estado poco más de dos años en Perú. No sabe lo que es permanecer en un solo país, salta de uno a otro con mucho vértigo. D nació en Vladivostok, Rusia, a poco de la caída de la Unión Soviética. Pero transitó su infancia en Moldavía. Ella es moldava, se siente como tal. Aunque creo que su patria es el mundo: habla siete idiomas. Vivió en Italia y en China también. Nos hicimos muy amigos cuando empezamos a hablar en italiano. Jamás dejó de corregirme.

Cuando me contó que Brasil era su siguiente destino, le entregué Aún Estoy Aquí, la película de Walter Selles. Siempre he pensado que compartir películas o poemas es una de las formas más genuinas de la gratitud. Es, al mismo tiempo, recuperar y ofrendar el pasado de cualquier comunidad, una suerte de advertencia acerca del lugar al que se arriba. Andréi Tarkovski escribió que el cine había sido el mejor invento para congelar el tiempo.

Y en Aún Estoy Aquí se fija en la memoria histórica la desaparición forzada de Rubens Paiva, político brasileño del Partido Laborista, que fue secuestrado por la dictadura fascista de que gobernó el Brasil entre 1964 y 1985. Más que un esbozo, se trata del labrado de una época, de un marcador en las huellas, de un puente al presente. Selles esculpe el tiempo de la violencia política y encuentra la raigambre del duelo colectivo: performa su función física, la búsqueda, y, pone en juego su expresión temporal, la espera.

Eunice Paiva, interpretada por Fernanda Torres, y sus cinco hijos buscan y esperan a Rubens durante más de dos décadas. Y su ausencia es la de los 434 desaparecidos y la de los 2000 torturados por parte del régimen. Lo paradójico de toda espera es que mientras ese otro ausente retorna como un fantasma ubicuo, el recuerdo de su voz se va diluyendo. Es terrible olvidar una voz que en algún instante parecía inagotable. Lo demoledor de una búsqueda es que los teléfonos, las puertas y los corredores solo conducen a otros teléfonos, puertas y corredores.

Cómo representar el silencio, cómo bosquejar lo que no está más, lo que se fue sin despedirse, cómo capturar —de una vez y para siempre— el eco de lo que desde algún lugar grita. Selles fue por ello y algo arrancó. Las actuaciones de Fernanda Torres y de Valentina Herszage me resultaron conmovedoras.

D me acompañó cuando estuve triste. Solo retribuyo la amistad.

Aún Estoy Aquí ha sido la película más hermosa que he visto este año. Un año que ya se va. Pienso que escribir sobre películas o libros es igualmente un pretexto para decir o contar cosas que de otro modo no haría, para robar poemas y esparcirlos aquí, para acordarme de alguna mirada ya lejana, para desconocer esas respuestas que no llegaron, para mirar las marcas de lo que no fue, y para caer en la cuenta de todo lo que he buscado y he esperado.

Insisto, en la trastienda de la búsqueda y de la espera hay un fuego, un fueguito tenue, que a veces provoca un estallido. Me voy con esto que escribió Borges: nos buscamos los dos, ojalá fuera este el último día de la espera.


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