Cuando el bachiller Sansón Carrasco cuenta a don Quijote y a Sancho lo que de entrambos se decía en la historia que de sus aventuras andaba escrita, dice que no faltaba quien creyese que Sancho había andado demasiadamente crédulo en creer que podía ser verdad el gobierno de aquella ínsula ofrecida por el señor don Quijote. A lo cual don Quijote replicó: "Aun hay sol en las bardas, y mientras más fuere entrando en edad Sancho, con la experiencia que dan los años, estará más idóneo y hábil para ser gobernador, que no está agora."
Con esta locución o refrán damos a entender que aún hay tiempo y no debe perderse la esperanza de conseguir alguna cosa.
La Academia en la última edición del Diccionario califica de frase metafórica este adagio, y en el Diccionario de Autoridades lo había calificado de locución, citando este mismo ejemplo del Quijote. La única colección de refranes en que figura este, bien que con una pequeña variante, es la de Vallés, donde se lee:
-Aun hay sol en los tejados.