Odio esta frase. Y por desgracia, la he tenido que oir muchas veces. No me gusta juzgar, pero tampoco quiero que me juzgue nadie. Parece que cuando te pasas de los primeros cuatro meses de lactancia materna eres una especie de bicho raro. Al menos en mi entorno. Suerte tenemos de internet donde puedes ver que aún hay muchas mujeres que apuestan por este tipo de alimentación.
Pero tampoco me gusta esta especie de “guerra” que se ha creado entre pecho y biberón. Cuando paseas por los foros y comunidades de internet, muchas veces ves opiniones exageradamente encontradas. Se demoniza una opción y se ensalza la otra, o viceversa. Que cada cual haga lo que quiera. Pienso yo. Cuando veo a una madre que opta por dar el biberón de manera temprana, creo, espero, que no la miro con cara rara ni le hago comentarios desafortunados. Dar el biberón es una opción igual de válida como dar el pecho. Tendrá sus ventajas y desventajas igual que el pecho. Yo personalmente creo que dar el pecho tiene más ventajas; por eso lo he escogido. Así de simple. Pero otras pensaran lo contrario. Pues que cada cual elija. Lo que está claro es que el niño será igual de querido. Faltaría más.