Revista Política

Aún me sorprende...

Publicado el 27 septiembre 2013 por Kiriki
..., y mucho! A la sociedad musulmana en general se le ha metido un virus dentro y está totalmente contagiada; un virus que no distingue de ricos o pobres, cultos o incultos, niños o mayores. Tampoco distingue países ni costumbres. Unos más otros menos pero todos están infestados; un interesado dogma de fe que poco o nada tiene que ver con la religión profesada mayoritariamente: el Islam.
Nadie es puro y nunca nadie lo será. Entonces por qué se sigue extrictamente el Qur'an cuando su aplicación lieteral en pleno siglo XXI es imposible?. Por qué no es posible, en nuestra era, que el rigorismo religoso de paso a una interpretación más flexible del Qur'an?. Por qué movimientos políticos islamistas, salafistas o radicales se empeñan en construir muros insalvables entre el Islam y sus practicantes, absolutamente incomprensibles en una sociedad avanzada?.
En esencia todas las religiones, musulmana incluida, hablan de mejorar día a día como personas, de buscar la armonía no solo con nosotros mismos sino también con la sociedad en la que vivimos. Hoy, las sociedades musulmanas -unas más, otras menos- están dominadas por pensamientos y por actos bárbaros que no tienen absolutamente nada que ver con la escencia que el Qur'an habla; hoy el libro sagrado de los musulmanes, en las manos de los rigoristas, está tergiversado y prostituido con el único fin que les mueve a comportarse como lo están haciendo: el control de las sociedades por la vía del miedo, o el terror, aplicado sobre ellas. Para someter, como dijo Franco, infundir terror es el arma más poderosa.

Aún me sorprende...

El egipcio Abu Hamza en Londres, conocido por
su extremismo y por sus incendiarias fatwas.


En pleno siglo XXI seguimos viendo, a ojos de esos rigoristas, que el consumo de alcohol -por ejemplo- sigue siendo un gran pecado pero al mismo tiempo legitiman que se corte el cuello de una persona que profese una rama de la misma religión, que profese otra religión o, simplemente, que piense diferente. Está construido un sistema de pensamiento dogmático y represor contra la libertad de expresión, contra la mujer y contra el resto de la sociedad. Estos rigoristas no están ayundando al Islam; muy al contrario lo están corrompiendo desde dentro.
Cómo es posible que en Turquía un blogero haya sido detenido por preguntar si el paraíso era un burdel -yo también lo he preguntado, cuasi afirmado, así que pronto estaré en el talego- cuando al mismo tiempo Erdogan apoya el terrorismo en Syria?. Cómo es posible que en Egipto, el mismo Morsi, en su intento de implantar la Sharia y una sociedad islámica que prohibe el alcohol quisiera al mismo tiempo vender el Canal de Suez a un país extranjero y mande a su ejército a morir en Syria?. Cómo es posible que, en una interpretación sesgada e interesada del Qur'an el hombre permita (cuando no obliga) que su mujer se meta dentro de un saco con dos ventanas como toda vestimenta?. Habrá, acaso, algo más humillante para una mujer que vestir un niqab y tener que comer en un restaurante abriéndose una puerta en la boca?. Para el que sigue a piñón la palabra del estudioso para estas cuestiones tendrá respuesta. Yo, como no lo sigo, también las tengo; mucho más simples que las suyas, y menos retóricas (si alguno las quiere saber que las pregunte en Comentarios para no extenderme aquí).
Estos predicadores rigoristas con su confortable vida en Iran, Qatar o Saudi Arabia se están encargando, con su poder y con su dinero del gas y el petróleo, de ser un peligro para la humanidad en general y para los musulmanes en particular; un peligro para sus derechos, para sus libertades e incluso para su espiritualidad. Estos predicadores y estos países siembran odio allí donde quieren ser influyentes: Marruecos, Túnez, Libya, Egipto, Palestina, Líbano, Syria, Turquía, Pakistán, Afganistán, Indonesia... En mayor o menor medida en todos los países árabo-musulmanes estos expertos en el Qur'an se encargan de que el mundo entero comprenda de que ellos son capaces de salvar a quienes quieren y de perder a quienes quieren.
Hoy, sabios y expertos religiosos, hablan de tirar la carne de un shii a los perros, hablan de destruir y expulsar de la tierra de los musulmanes a judíos o cristianos, hablan de asesinatos y muerte. Pero qué clase de persona -que dice ser religiosa- ha llegado tal punto de degeneración humana para hablar como un criminal y en el nombre de Allah?. Pero lo que aún me soprende es que haya legiones que, jaleándoles, amparándoles y defendiéndoles, les sigue sin cuestionar lo más mínimo ninguna de las palabras que de ellos han oído.

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