Revista Insólito

Aunque la traición aplace, el traidor se aborrece

Publicado el 21 agosto 2024 por Monpalentina @FFroi
Aunque la traición aplace, el traidor se aborrece

Quién no recuerda, al oír este adagio, el hermoso desenlace de La "Vida es sueño". El soldado que, traidor a su rey, había sacado de la torre a Segismundo, al ver la clemencia con que éste trata a los vencidos, y especialmente a Clotaldo, dice: "Si así a quien no te ha servido honras , ¿a mí que fui causa del alboroto del reino, y de la torre en que estabas, qué me darás?"

Y Segismundo le contesta:

La torre; y porque no salgas,
Bella nunca, hasta morir
Has de estar allí con guardas;
Que el traidor no es menester,
Siendo la traición pasada.

El bueno de don Pedro Calderón de la Barca con esta salida de tono deja frío al espectador y al pobre soldado bullanguero le deja como quien ve visiones. Un autor moderno; respetando más la verdad real, hubiera premiado al soldado con un grado de comandante, el pueblo le hubiera aclamado, la patria agradecida hubiera inscrito su nombre en una lápida de alabastro, blanco como la nieve , y la música del regimiento le hubiera dado una magnífica serenata. No creo que el señor Ayala, por mucho que admire al gran dramaturgo clerical, hubiese tratado al de la torre, de la manera que éste le trata, o le trata Segismundo.

El Cautivo del Quijote después de referir el ataque de la Goleta y el Fuerte por los turcos, moros y alárabes de toda la África , cuenta de este modo la muerte de Pagaa de Oria, caballero del hábito de San Juan: "Lo que más hizo lastimosa su muerte, fue haber muerto a manos de unos árabes de quien se fio, viendo ya perdido el Fuerte, que se ofrecieron de llevarle en hábito de moro a Tabarca, que es un portezuelo o casa que en aquellas riberas tienen los ginoveses que se ejercitan en la pesquería del coral, los cuales alárabes le cortaron la cabeza y se la trajeron al general de la armada turquesca, el cual cumplió con ellos nuestro refrán castellano: que aunque la traición, aplace, el traidor se aborrece: y así se dice que mandó el general ahorcar a los que le trajeron el presente, porque no se lo habían traído vivo."

El genuino texto del adagio es el de las colecciones de Zaragoza y del Comendador, adoptado por la Academia

-La traición aplace, mas no el que la hace.

Iriarte dice, mas no quien la hace.

En la citada Colección de Zaragoza hay otro adagio idéntico al anterior en el fondo:

-Pagas al señor de la traición, mas no la del traidor.

También se dice:

-Pagas al señor del chisme (o del chiste), mas no del que le dice.

En el Diálogo de las lenguas se consigna aquel otro tan vulgar de,

-A un traidor, dos alevosos. Aunque la traición aplace, el traidor se aborrece

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