"El cuerpo de Viktor Strandgård, el predicador más famoso de Suecia, yace mutilado en una remota iglesia en Kiruna, una ciudad del norte sumergida en la eterna noche polar. La hermana de la víctima ha encontrado el cadáver, y la sombra de la sospecha se cierne sobre ella. Desesperada, pide ayuda a su amiga de adolescencia, la abogada Rebecka Martinsson, que actualmente vive en Estocolmo y que regresa a su ciudad natal dispuesta a averiguar quién es el culpable. Durante la investigación sólo cuenta con la complicidad de Anna-Maria Mella, una inteligente y peculiar policía embarazada. En Kiruna mucha gente tiene algo que ocultar, y la nieve no tardará en teñirse de sangre."
Una nueva sensación ha llegado desde las frías tierras escandinavas, esta vez en forma de la autora Asa Larsson, quien no tiene relación alguna con el célebre Stieg Larsson, tanto en nombre como en narrativa.
El personaje principal de Asa es Rebecka Martinsson, una abogada (quien comparte la profesión con la autora) que debe regresar a su pueblo natal, Kiruna, una comunidad extremadamente religiosa y conservadora para resolver el crimen de uno de sus amigos íntimos, un crimen del cual su amiga Sanna, la hermana del muerto, es la principal sospechosa. No muchos miran con buenos ojos el regreso de Rebecka, ya que fue expulsada de la comunidad años atrás, y ahora con su vuelta antiguas rencillas saldrán a flote.
La trama no es que sea extremada mente original, pero la autora le imprime el suspenso suficiente como para llevar poco a poco al lector a la resolución final, no sin antes pasar por un par de giros argumentales, más bien red herrings, alguno que otro llamativo (por ejemplo, el tema de la homosexualidad y la pista de la pedofilia) fueron argumentos válidos para darle más empuje a la historia.
Sinceramente, me falta ver todavía más de Rebecka Martinsson para saber si me gusta o no, pero le debo a Asa la increíble descripción del personaje, una mujer apesadumbrada y débil que en cuanto se la busca, se la encuentra. Recién al final del libro es cuando demuestra que puede ser una mujer de armas tomar. En cambio, me gustó la pasividad y buen talante de la policía embarazada, Anna-Maria Mella (¿reminiscencias Marge Gunderson de Fargo, alguno?) y su arduo trabajo en un lugar con clima hostil a pesar de su avanzado estado de gestación, y su compañero, Sven-Erik Stålnacke, quien parece un novato pero realmente ayuda en la trama.
No me generaron empatía alguna Sanna Strandgård, una mujer tonta y sos, totalmente manejable y casi autista, y la Congregación con su pastor principal, Thomas Söderberg, quien encarna al tipoi duro y mandamás.
La narración de Asa Larsson no me generó sentimientos dispares: mas bien es totalmente correcta y bastante sencilla, no abusa de los nombres propios ni las localidades para no confundir, y hasta tiene el coraje de sumar el punto de vista de un animal para contar cierto tramo de la historia.
Para ser una primera novela, es una historia muy bien lograda y atrapante, así que esperemos que en los próximos libros se siga en la misma tradición que esta Aurora Boreal.
Calificación: Buena