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Austeridad

Por Joseluisp

Austeridad

¿Es la austeridad positiva o negativa para nuestra sociedad? El Diccionario de la Real Academia Española conecta la austeridad con la cualidad de lo austero, término que relaciona con la severidad, con el rigor respecto a las normas de la moral, con la sobriedad y con la sencillez.

La austeridad tiene efectos beneficiosos para nuestra economía en la medida que mejora la utilización de recursos escasos. Permite su aprovechamiento de manera eficiente y evita el despilfarro, algo muy necesario en momentos en que los ingresos no cubren los gastos y necesitamos recurrir al endeudamiento para financiarnos.

Sin embargo, la austeridad también puede empobrecernos. Un movimiento de austeridad a gran escala disminuye los ingresos y las rentas de personas y organizaciones. Genera un círculo vicioso de pobreza en el que las familias pierden poder adquisitivo y moderan su consumo. Cuando esto sucede, se inicia una espiral de deterioro continuo en la viabilidad de las organizaciones, en el empleo y en la actividad económica de la sociedad.

La austeridad contiene una paradoja: se encuentra detrás del buen gobierno de las organizaciones, pero cuando se aplica de manera generalizada puede llevar la economía al colapso. No es un fín en sí mismo, sino un medio para mejorar el funcionamiento del sistema. Su uso es aconsejable cuando se hace de manera selectiva, pero puede ser fatal cuando se aplica de manera generalizada.

No se entiende como un ejercicio dirigido a recortar gastos de manera indiscriminada, sino más bien como parte de un proyecto dirigido a la mejora continua de las organizaciones. Para ello es necesario un análisis de sus costes y de su cadena de creación de valor, al objeto de detectar donde aplicarlas: allá donde residen bolsas de ineficiencia que se pueden corregir para mejorar la productividad del sistema.

Un buen ejercicio de austeridad no se hace desde la aritmética de las tijeras sino desde el análisis. Requiere un esfuerzo para identificar dónde es posible mejorar la eficiencia sin deteriorar los productos que fabricamos y los servicios que prestamos. Lo contrario nos convierte en espectadores, personas que observan pasivamente cómo los servicios que reciben se deterioran hasta quedar mutilados y desprovistos de valor. Esperpéntico.

Notas
Si está interesado en la paradoja de la austeridad puede consultar la entrada que Wikipedia tiene al respecto


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