Tras la decisión judicial de prohibir la circulación de un autobús con la leyenda conocida, señalada en este mismo espacio hace pocos días, sale a la calle la misma leyenda con interrogaciones, para no violentar la legislación vigente. Insisto en mi desacuerdo con este tipo de manifestaciones, aunque tristemente solo se puede ejercer la libertad de expresión en unúnico sentido, el del pensamiento políticamente correcto que se arroga el progresismo militante.