En mi blog anterior "Reflexiones" elección presidencial y de diputados: primera vuelta coloqué una gran cantidad de nombres de gente de la Concertación. Debido a eso, naturalmente, se me tildará de quesoy Pro Concertación. Pese a que podría defenderme con el argumento de que no es bueno etiquetar todas las cosas, no puedo negar que, a mi juicio, sí, soy proconcertación, principalmente porque gran parte de mi vida he vivido con ellos al mando. Al margen de que han cometido errores bastantes graves, principalmente en Salud y Educación, creo que su experiencia para manejar al país no es algo que pueda descartarse con el argumento facilista de que "quieren perpetuarse en el poder y llenarse los bolsillos con el dinero de todos los chilenos". ¿Por qué digo que es facilista? Simple. Porque este argumento sólo ve el lado negativo, es decir, ve el quedarse en un puesto como si uno no tuviera que hacer nada para mantenerlo, lo cual está demostrado que no es así. Si bien no niego que muchas veces la Concertación ha elegido mal a la gente que pone en ciertos ministerios, la realidad es que si mucha gente se mantiene en su puesto es porque tiene las credenciales para ello. En ese sentido, ¿por qué debiera cambiarse a alguien que ha hecho las cosas relativamente bien? Sé que muchos se reirán de mí, pensando "jajajaja, ¿en qué estará pensando este ignorante? han hecho las cosas relativamente bien.....ja". Sí, probablemente, muchos pensarán eso, pero a ver, para dejarnos de cuentos, en Chile, sigue existiendo un votante chileno bastante cómodo y bastante criticón que desconfía de los políticos en general (y que ahora pretende elegir a un empresario, extrañamente porque parece que confían más en alguien que piensa como empresario que como político). Este votante medio, por lo general, es malhumorado, maleducado (cosa que se debe a una mala gestión de la Educación, es verdad) y alega por alegar, ya que en lugar de ofrecer mejores alternativas, se queda sentada sin hacer nada, puesto que siendo bien honestos, les da lata perder el tiempo en todas esas cosas. No lo negaré, yo me tendría que incluir en esa lista, ya que también despotrico contra los políticos de vez en cuando cuando siento que no toman buenas decisiones. Sin embargo, esas despotricaciones son simplemente un resultado de que sus acciones van contra mis pasiones, es decir, las pasiones de un ciudadano ordinario.
Creo fuertemente que los ciudadanos tenemos a veces gente en el gobierno que no nos merecemos, tanto en el sentido que esas personas no son dignas de estar en esa posición, como el caso que esas personas son demasiado buenas para gobernarnos a nosotros (casos que quizás para muchos son los menos, pero que en realidad son bastantes, considerando la educación prejuiciosa que tenemos). En este sentido, creo fuertemente que aunque está bien exigirle al gobierno que corrija ciertos aspectos excluyentes, los ciudadanos también deben hacer un esfuerzo por cambiar y no quedarse como un paciente en espera de que "Doctor Gobierno" lo atienda, le diga lo que tiene y qué tiene que hacer para mejorarse
Hay que cambiar esa percepción que muchos tenemos de la política. No digo que no haya que criticarla, pero si se le va a criticar, tiene que ser con una crítica de peso, una crítica constructiva (no con ideas vacías como lo fueron los debates presidenciales, que fueron puros ataques y un par de promesas por ahí) con una actitud comprometida en entenderla. Pese a que siempre existirán algunos arreglines y cosas por debajo de la mesa que no se pueden tolerar, nosotros como ciudadanos educados, debemos entender que la Política es una carrera profesional como cualquier otra y tal como se hace en otras profesiones, el objetivo de estas personas es ir escalando posiciones hasta llegar a una posición cómoda que calce con el proyecto de vida "personal" de esa persona, tanto a nivel individual como a nivel familiar. Si bien su rol en la sociedad contempla mejorar la vida de muchas personas en una serie de aspectos, este rol es sólo un deber inherente en la labor que escogió, pero no es el objetivo ni la prioridad para aquella persona, ya que para ella, la prioridad siempre será el bien común (concepto que a veces resulta demasiado subjetivo y fácil de alterar), y hacer lo mejor posible su labor para luego jubilarse y descansar como el común de las personas. Por más que muchas veces, estas personas se conforman con bien poco, creo que gran parte de ellos espera que sus logros queden registrados en y sirvan de referencia a generaciones futuras, de tal manera que su imagen se perpetue en el tiempo. Mientras sigamos idealizando a una suerte de "los políticos perfectos" y como estos debieran ser,(es decir, casi como una suerte de "reyes salvadores con un gran espíritu maternal que se preocupan de su "pueblo" y del bienestar de cada uno de ellos, asegurándose de que a ninguno le falte nada) creo que seguiremos siendo un grupo de inadaptados que reclamamos, pero somos demasiado flojos para hacer algo al respecto. Después de todo, si tanto reclamamos, es porque pensamos que podemos hacer las cosas, no? Si creemos que podemos hacerlo mejor que los políticos, ¿por qué no lo hacemos?