Revista Libros
Nadiedudaría en calificar las trifulcas cainitas por mangonear las listas sevillanasdel PSOE como una merienda de negrosNotiene sentido que un partido, cuya derrota parece asegurada antes del comienzode la campaña, se desangre más en estas guerras fratricidas, consecuenciadirecta de los apoyos prestados en el pasado congreso a uno u otro candidato.Cabríareflexionar ahora por qué a los partidos patrios, a diferencia de losamericanos, por poner un ejemplo, parece sentarles tan mal la democracia,enigma para el que no encuentro explicación alguna.Porencima de todo, el verdadero problema del PSOE es que cuenta con una directivaque ha llevado al país a la ruina y al partido a la debacle. Unos dirigentes semejantesa muertos vivientes, capaces de caminar, pero groguis por completo.Esevidente que los socialistas precisan de una verdadera catarsis y una purga afondo que limpie al partido de rémoras del pasado y le permita encarar alelectorado con la cabeza alta. Pero, para que esto sea posible, parece que va aser necesario sufrir aún más descalabros.