La instantánea recoge el momento en el que unos jóvenes adscritos a La Sociedad Civil Catalana (por sus siglas SCC) son agredidos por un grupo de separatistas a golpe de navaja, por defender libremente sus ideas en la Universidad Autónoma de Barcelona. Un ejemplo de democracia y de respeto hacia las ideas ajenas; uno, en su ignorancia, siempre creyó que el separatismo, ideología que no comparto, tenía otro talante más conciliador con quienes opinan de modo diferente, pero como siempre, no dejan de constituir una forma de dictadura. Los insultos “españolista” y “fascista” fueron la tónica general del desencuentro, equiparando el totalitarismo con la defensa de la patria, lo que no deja de constituir una perversidad en el fondo y en la forma. Etimológicamente, universidad viene de universal, algo tan alejado del pensamiento nacionalista que empequeñece a la institución catalana, empeñada en su autonomía dentro de un ridículo reino de taifas en el que pretenden convertir a una de las comunidades con más proyección de nuestro país, que quieran o no, sigue siendo España.