Revista Sociedad

Autorretrato y duda

Por Cogito

Creo que la materia no requiere de un elemento distinto de ella misma para empezar a existir, no tengo sentido de la trascendencia. Pero veo razonable que haya quien recurre a la existencia de un ser extraordinario, inmaterial, para explicar el origen del universo. A partir de ahí me parece igual de respetable creer que no creer y profesar una religión u otra. El espíritu laico es simplemente respetar la libertad de conciencia y pensar que se debe separar lo civil-político de lo religioso.
Opino que el mejor modo de organizar una sociedad es el que acaba en un Estado social y democrático de derecho. Defiendo el Estado de Bienestar porque el mercado nunca garantizaría derechos básicos como la educación o la sanidad. También a la Administración pública le corresponde crear condiciones para una efectiva igualdad de oportunidades, sin anular las diferencias que puedan surgir como fruto de la capacidad y el esfuerzo.
Veo como máximas referencias normativas- jurídicas y éticas- la Constitución y la Declaración de Derechos Humanos, modificables si fuera necesario pero buscando el mayor grado posible de acuerdo. A la hora de definir cómo se van configurando los poderes legislativo y ejecutivo habrá que afinar con una ley electoral que conecte bien al elector y al elegido y los mantenga en una estrecha relación a lo largo de la legislatura. Para temas importantes e imprevistos se debería convocar un referéndum, que es el mejor modo de dar voz a la soberanía popular.
Estimo que los diversos mercados económicos no deben funcionar libérrimamente, no hay “mano invisible” que los ajuste y pueden causar estragos. El poder político ha de tener alguna posibilidad de intervenir en ese ámbito.
Considero ridículo que alguien diga “soy catalán- o cualquier otro gentilicio- y quiero construir un muro que circunde mis fronteras para oír sólo las campanas de mi aldea”. Eso, después del cosmopolitismo de los estoicos hace 2.300 años o de que Terencio dijera que por ser humano nada de lo humano le era ajeno, resulta irracional, patético.
Tras este apunte telegráfico, la duda me surge al considerar que vivimos una época en la que se busca la certidumbre a través de la simpleza, todo se etiqueta y me pregunto si lo anterior te hace ser de izquierda, derecha o centro. Benditos sean quienes se consideran definidos por una sola palabra y caben en la extensión de un concepto.
Estoy convencido de que con esas referencias se puede delimitar un espacio habitable por un partido político razonable, creíble, solvente, capaz de presentarse ante los ciudadanos para pedirles que se identifiquen con sus proyectos y sus representantes. Lo estoy tanto que llevo más de media vida militando en él pero también creo que si no se corrige el rumbo será tarde y entrará en un proceso de helenización (el “pasok” griego), que lo puede convertir en una fuerza política residual.


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