Mi puntuación: 6/10
Revista Cine
Cinco o seis líneas de diálogo como mucho es lo que tiene esta desasosegante película en la que los hechos y los paisajes hablan por si solos. Este original modo de narración a veces juega en su contra ya que la ausencia de palabras se antoja demasiado forzada en ciertos momentos, aunque las expresivas pero equilibradas actuaciones de todos sus actores compensan con creces este hecho. Además cuando el drama de la primera parte deja paso a la acción de la segunda mitad, la tensión se apodera del espectador y no le suelta hasta que aparecen los títulos de crédito finales.