Revista Opinión
Por Guiillermo Elia / [email protected]
NEUQUEN - En LMN revelamos un documento inédito que saca a la luz el pacto de silencio que sellaron los integrantes de la seguridad del boliche Las Palmas la noche que desapareció Sergio Ávalos. Damos cuenta de los tres personajes más oscuros que habrían golpeado, matado y desaparecido al joven estudiante de Picún Leufú, y toda la trama de encubrimiento y los puestos clave que ocupan hoy en las fuerzas de seguridad y que les permiten interferir en cualquier investigación.
La madrugada del 14 de junio de 2003, hace casi 15 años, se produjo la desaparición forzada de Sergio Ávalos en manos de miembros de las fuerzas de seguridad: Ejército y policía neuquina. Esa es la teoría que avaló la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que mandó a la Justicia Federal de Neuquén a investigar la causa que ya localmente habían rechazado en un par de oportunidades.
Esa noche fría se selló un pacto que sólo personas con disciplina militar pueden mantener. Se trata de 15 personas que conformaron una guardia interna y otra externa en el predio ubicado en calle Primeros Pobladores. Entre ellos había siete militares, cinco policías, un municipal, un militar chileno retirado y un hombre de confianza del dueño del lugar, Pedro Nardadone.
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