Hijo mío, ¿quién eres y qué has hecho con mi hijo? Los meses anteriores te veía muy diferente en cada mes, pero hacer no hacías cosas distintas. Este mes en cambio eres totalmente otro.
Te han salido los dientes. Han sido unos días que lo hemos pasado bastante mal. Se te veía sufrir y las noches fueron muy tormentosas. La tarde que te salió el primero fue el día de Navidad, estábamos toda la familia juntos y te pusiste a jugar a morder una cuerda de una linterna, dos horas después del dale que te doy, estaba el diente fuera. Y desde entonces han salido dos más. Cada uno con sus respectivas noches infernales. Ahora estás muy gracioso con tus dientes. Cada vez que los veo tengo ganas de comerte a bocados.
Te encanta dar pasos. Agarrado al primero que te coja vas por toda la casa pasito a pasito dando vueltas sin parar. Lo intentas por ti solo, pero no te sientes seguro y vas poco a poco ejercitando tus músculos para conseguirlo.
Gateas, pensaba que ya no lo ibas a hacer, pero un día, no hace mucho, aprendiste el truco de arrastrar la pierna que te entorpecía hacia atrás e ir hacia donde quieras tú sólo. Tu juego favorito es tirar cosas e ir a buscarlas. Te pasarías así el día.
Y yo ahora estoy triste, ayer empezaste la guardería y este mes no voy a estar contigo casi nunca. Sólo los fines de semana y para mí es insuficiente. Pero sólo es un mes, ¿vale?