En un trimestre para el olvido en Wall Street, el peor desde la caída de Lehman Brothers en 2008, la Cámara de Representantes aprobó anoche la reforma más exhaustiva del sistema financiero estadounidense desde la crisis del 30, lo que implica una victoria crucial para el presidente Barack Obama.
El proyecto, que según se prevé será finalmente tratado por el Senado a mediados de julio, apunta a evitar que se repita la crisis financiera de 2007-2009, por medio de regulaciones más estrictas: restricciones a las inversiones riesgosas, nuevos procesos para liquidar firmas financieras problemáticas y la creación de una nueva oficina de protección a los consumidores.
"Estamos aprobando la reforma financiera más amplia desde la Gran Depresión, que ayudará a evitar que se repita una crisis como ésta y que protegerá nuestra economía de la irresponsabilidad y la desconsideración de unos pocos", dijo el presdente Obama.
La reforma es una de las prioridades del mandatario, muy golpeado por la demora de la reactivación económica y por el desastre ecológico en el Golfo de México, en virtud de que le daría una contundente victoria legislativa antes de las elecciones parlamentarias de noviembre.
Esta reforma, resistida por los republicanos y por el sector financiero, protegerá a los consumidores de las prácticas injustas de las empresas de tarjetas de crédito y garantizará que los contribuyentes no queden entrampados por los errores de Wall Street. Obama arremetió contra las declaraciones del líder de la minoría republicana en la Cámara de Representantes, John Boehner, quien afirmó que el proyecto equivale a "matar una hormiga con un arma nuclear". Obama respondió: "Boehner debería venir aquí y preguntarle a la gente si cree que la crisis financiera ha sido una hormiga".
En el segundo trimestre del año, el Dow Jones perdió un 10%, mientras que el S&P; 500 y el Nasdaq acumularon una baja del 12%, lo que constituye el mayor porcentaje desde la quiebra de Lehman Brothers, demostrando el escepticismo que hay en torno a la economía de Estados Unidos. Se estima que se perderán 100.000 empleos en junio y que el desempleo subirá a 9,8%, una décima más que en mayo. La revitalización del mercado laboral es fundamental para estimular el consumo y afianzar el crecimiento económico.
En el Senado, el panorama no es del todo favorable para la aprobación del paquete legislativo. Por ello los senadores demócratas decidieron posponer hasta mediados de julio la aprobación de la reforma, en un intento de ganar el apoyo de republicanos moderados. Este apoyo se encuentra más cerca, después de acordar eliminar un controvertido impuesto a los bancos de 17.900 millones de dólares sobre las grandes instituciones financieras para cubrir los costos del proyecto.
Según The New York Times, Obama apoya el recorte de la tasa por motivos tácticos, ya que, en realidad, espera imponer otro impuesto a los bancos para recaudar 90.000 millones de dólares más adelante. Con esos fondos, quiere compensar el dinero gastado en el rescate financiero y conseguir que los grandes bancos se abstengan de realizar negocios de alto riesgo.Una mirada no convencional al neoliberalismo y la globalización