Yen Hui acudió a su maestro y le dijo:
-Estoy progresando en mi educación.
-¿De qué modo?-le preguntó el maestro.
-He olvidado los rituales y la música-
-Eso está bien -dijo el maestro-pero no es suficiente. Sigue trabajando.
Unos días más tarde, Yen Hui regresó y dijo:
-Lo estoy haciendo mejor.
-¿Ah sí? ¿Cómo?-le preguntó su maestro.
-He olvidado los conceptos de humanidad y rectitud.
-Ah, muy bien, pero todavía no es suficiente. Continúa.
Al cabo de unos días tuvo lugar esta conversación:
-Creo que ya lo tengo-anunció Yen Hui.
El maestro suspiró.
-¿qué es ésta vez?
-He aprendido a sentarme y olvidar.
-¿qué quieres decir con eso? -preguntó el maestro.
He aprendido a desprenderme de mi cuerpo, tranquilizar mi mente y fundirme con el infinito.A eso me refiero con sentarme y olvidar.
-Ajá-dijo el maestro, inclinándose ante Yen Hui-ya veo que finalmente has emprendido el Camino.Ahora mi deber es seguirte.
Chuang Tse. En: Cuentos taoístas. La sabiduría de los maestros taoístas. Solala Towler.