Revista Insólito

Avatares del bloguero literario

Publicado el 26 febrero 2012 por Zeuxis
Avatares del bloguero literario
Hace algunos días fui asaltado por una sospecha; en uno de los artículos de El País, el intertextual escritor Vila-Matas lanzaba serios argumentos sobre la agonía de los blogs literarios y buscaba de alguna manera argumnetar una defensa tras la descripción más o menos justificable de los mayores problemas ante los que se ven enfrentados los creadores de blogs literarios.Entiendo que la calidad de esta alternativa digital es cada día más pobre debido a las bitácoras de noveles que comienzan pero nunca terminan. Además, el alud de vínculos existentes de blogs hace que sea difícil hallar una preferencia. Sin embargo, y a pesar de que Vila-Matas se protege tras los pantalones de Moore para señalar que el cambio digital puede verse dentro de de la evolución de la escritura como un "salto hacia otro nivel de complejidad", es claro para mí que no hay ningún elemento sólido para pensar que la era bloguista está llegando a su fin.Otro autor que plantea este problema es Javier Moreno en su blog Rango finito donde considera que el mayor inconveniente se da a la hora de generar vínculos; su tesis plantea la vaga idea de que los enlaces desaforados han generado una dinámica caótica que en nada colabora con la intención de captar audiencia hacia un sitio web determinado.Para tener el número perfecto en este debate traigo a colación una paradoja que si bien vale la pena tener en cuenta, no es más intrigante que las demás. Al momento de ponerse a evaluar el escándalo sobre la muerte de los blogs literarios en El lamento de Portnoy su autor comenta la entrada de Javier Moreno afirmando que son los propios blogueros quienes han debilitado el recurso para enriquecer el trafico en sus blogs.Lo interesante de esta discusión virtual es que los tres blogueros no hacen otra cosa que generar, en dichos textos, enlaces que vinculan entre sí sus propios espacios de literatura; lo que deja al descubierto, no la indiscriminada utilización de la herramienta enlazadora, sino la oportunista manera con que cada uno de ellos logra irremediablemente captar, tras una emergencia, un renting positivo hacia sus blogs.Más que una enervada preocupación por la muerte ilusoria de los blogs lo que me dejan estos autores es un marcado intento por ocultar su necesaria intención de popularidad.No me queda duda que el número de bitacoras virtuales ha aumentado; en la lengua española el caso llega a cifras absurdas, en lugar de morir, lo que se ve día a día es el nacimiento de más y más espacios de creación virtual donde buenos y malos escritores procuran comunicar y dar a conocer sus obras y su derecho a la libertad de expresión.¿Entonces es lícito afirmar que hay una muerte del blog? No, lo que hay es una batalla campal de popularidad, de búsqueda esencial de tráfico. Como en los demás gajes del oficio de toda mercancia, los blogs han pasado a tomar parte de esa inescrupulosa maquinación de los rangos, las clasificaciones y la publicidad.El mismo Vila-Matas es, en esta medida, víctima de su blog, y su aseveración, no parece plasmar una objetiva evaluación del fenómeno sino más bien una  fervorosa respuesta de camaradería para con sus amigos blogueros; algo similar a lo que hace con todas su novelas tras esa dedicatoria de citas que aparecen de forma tutelar en el recado y tripaje mismo de sus invenciones y que más que recordarnos a un Borges universal me recuerdan a un Harold Bloom canonizador.El crepúsculo de los blogs no ha llegado. Las redes sociales, los motores especializados en la búsqueda y suscripción y la herramienta de los enlaces, me parece, ha multiplicado las plataformas y rutas posibles para que cada escritor o bloguero pueda generar una atención particular sobre sus visitantes y encontrar oportunidades de socialización.Es más, motores de búsqueda generales como google tienen, a la hora de mostrar direcciones de blogs, una cierta manía por lugares preferidos; pero esto no se debe a un margen blogofolíco o discriminatorio sino a un resultado estadístico que estos espacios por ser los más visitados se han ganado con creces.Yo tengo entre mis preferidos y entre los que de una u otra manera por su calidad merecen dicha popularidad a un pequeño listado de monstruosos blogs, entre ellos el del mismo Vila-Matas.No hay porque temerle a los enlaces y a las redes sociales, si una cosa he logrado con estas plataformas, es que he podido ser reconocido en lugares del planeta donde nunca pensé ser reconocido.Gracias a Facebook y mi red de contactos y páginas, gracias a blogs tan populares como Un libro al día, Papel en blanco,  Lector mal-herido, Apostillas literarias, Librosfera, Críticas de literatura universal, Lecturas compulsivas o a blogs tan personales como el de mi compañeros poetas Ana Cardinali, Carla Badillo, David Valdés o mis condiscípulos de La Comunidad del Megáfono, es que puedo afirmar la trascendencia y vitalidad de mi propio blog.El avance de herramientas en Internet no promulga un salto de complejidad para los blogueros, antes propicia una conveniencia y un horizonte de posibilidades; por eso esta entrada está repleta de enlaces. 

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